Torturas refinadas
El grupo de extorsionadores tuvo su actuación más sobresaliente, por su refinada crueldad, en la operación de cobrar tres millones de pesetas a Antonio Pastor Rivera. Ángel Marín, propietario de un restaurante en El Carpio (Córdoba) había comentado la deuda, y aunque no encargó su cobro, los procesados decidieron hacerlo por su cuenta.El 8 de marzo de 1980, tras secuestrar a Pastor,-que es manco, en I'Hospitalet de Llobregat, le llevaron a un sótano, donde fue salvajemente agredido. Pero ante las negativas de éste, le trasladaron a un pinar de la carretera de Gerona donde simularon un fusilamiento, y cavaron ante sus propios ojos la fosa donde iban a enterrarle. Pastor llegó a orinarse de miedo. Después de dos días de mantenerle secuestrado, accedió al fin a pagar y fue liberado.
Como no pagó, fue secuestrado de nuevo y, esta vez, en el mismo sótano, fue colgado por los pies de una viga. Después de innumerables brutalidades, Pastor accedió a pagar dos millones y medio de pesetas.