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Segundo Gobierno socialista

Fernández Ordóñez, el reicincidente

Dice Francisco Fernández Ordóñez, ex ministro de Hacienda y de Justicia con Unión de Centro Democrático y recientemente nombrado titular de Asuntos Exteriores por el Gobierno socialista, que la llamada al poder le ha pillado esta vez a punto de abandonar el mundanal ruido. "Pensaba retirarme a Santa Pola y quedarme allí a escribir. Creo que hay un momento en que uno tiene derecho a tratar de construir una vida distinta de la que ha llevado. Tenía ya los libros casi empaquetados".El promotor de la reforma fiscal y padre de la ley de Divorcio, que acaba de cumplir 55 años, no acepta las críticas encaminadas a considerarle el Paco España de la política, el travestido de la vida pública, porque opina que "una de las biografías más limpias que ha habido en este país es la mía: un señor que dimite del INI con Franco y dice públicamente por qué, que se define como socialdemócrata hace 15 años, que pide entonces un proceso constituyente para España, que está en la comisión de los nueve de la oposición democrática, que crea un partido socialdemócrata clandestino, que se integra como PSD en UCD, que dimite del Gobierno con Calvo Sotelo y monta otro partido socialdemócrata que va, como tal, en coalición con el PSOE a las elecciones, y que 15 años después se sigue definiendo como socialdemócrata. Como decía Malraux, me veo tan lineal que no me intereso en absoluto".

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Cuando se le pregunta si le reconocen los sillones del Consejo de Ministros, el nuevo titular de Exteriores alude al italiano Andreotti, "que ha sido ministro 10 veces", y dice que él ha sido llamado "por lo que sea, porque se me debe de considerar idóneo, como ha dicho el presidente del Gobierno", y no acepta que lo suyo sea un permanente estado de gracia ministerial. "He aceptado el cargo", dice, "con un sacrificio real, porque el presidente ha considerado que yo era útil, pero sin dar ninguna facilidad para ser nombrado. Yo no estaba en el paro, sino que era presidente del Banco Exterior de España, estaba contento, terminando de escribir un libro, y ahora he perdido otra vez los ratos de ocio, en los que leo, escribo y paseo con los perros. Como consecuencia de no tener hijos, he tenido una falta de preocupación por el futuro y ahora me toca lo peor, pero estoy conforme y lo he aceptado. No saldré de aquí por la puerta grande, porque todas las orejas que tenía que cortar en esta vida ya las he cortado. Pero decía Bismarck que uno no ha nacido para ser feliz, sino para cumplir con su deber".

Al incorporarse al Banco Exterior, Mar¡ Paz, su mujer, le dijo: "Por fin estás en un oficio honorable". Ahora, el ministro deja tan honorable oficio "para cumplir un deber muy concreto: que el Ministerio de Asuntos Exteriores responda a lo que es hoy la presencia internacional de España. Vamos a reestructurar el ministerio y creo que el presidente ha pensado que le convenía una persona pragmática, porque yo creo que valgo para muy pocas cosas".

Ordóñez, que se define como un azañista incorregible", dice que "cada vez voy siendo menos enfant terrible", y recuerda que el momento más hermoso para él "fue cuando sacamos la ley de Divorcio, ese 22 de junio, mi cumpleaños, esa noche hermosa donde se encuentran Géminis y Cáncer, aquel día en que un diputado de UCD me llamó rostro pálido".

Si está tan cansado de la vida pública, tan deseoso de ver el mar en Santa Pola, ¿ha pensado en que dimitirá alguna vez? "Yo a un amigo no le dimito", responde.

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