'Oro negro' para sortear la crisis
El sultanato de Omán ha conseguido sortear en parte la recesión económica que afecta a los demás Estados del Golfo Pérsico aumentando regularmente sus exportaciones de petróleo, una decisión que las demás monarquías de la región no pueden imitar, al estar limitada su producción por las cuotas impuestas por la OPEP.De todos los países de la península Arábiga, Omán es el único que no pertenece a esa organización, que reagrupa a los principales exportadores de oro negro, motivo por el cual ha podido compensar la erosión del precio de este hidrocarburo aumentando su extracción de 282.000 barriles diarios, en 1980, a 416.000 en 1984, y a 433.000 este año, según Ahmed Bin Nasser el Ritaishy, director general del plan.
Fuentes de la industria petrolera aseguran, sin embargo, que el número de barriles bombeados supera esta última cifra, pero el nivel real de la producción es secreto para no indisponer a las "monarquías hermanas" asociadas con el sultanato en el Consejo de Cooperación del Golfo, y que padecen las consecuencias económicas del constante incremento de las exportaciones omaníes.
Si no fuese porque la capacidad del principal oleoducto, construido a finales de los años sesenta, es muy limitada, el sultanato, cuya evaluación de las reservas alcanza ahora los 4.000 millones de barriles, produciría bastante más petróleo, lo que probablemente sucederá a partir de 1986, cuando entre en funcionamiento una nueva red que podrá bombear hasta 600.000 barriles diarios, con los que podría inundar el mercado, ya saturado.
A diferencia, por tanto, de los demás países de la región, los ingresos del petróleo recaudados por Omán, que alimentan el presupuesto del Estado en un 77%, aumentaron un 7% en dólares en 1984, situándose en 3.733 millones, y este año también deberían, en principio, experimentar un nuevo auge.
Este incremento no bastará, sin embargo, para suplir el déficit presupuestario de casi 600 millones de dólares en 1985 que Mascat compensará recurriendo a sus reservas de divisas y pidiendo préstamos por valor de 400 millones de dólares.
