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La familia pagó 300 millones por la liberación

La familia de Adolfo Villoslada, el industrial de 48 años de edad en poder de ETA Militar durante 84 días y liberado la noche del pasado viernes a unos tres kilómetros de Pamplona, ha pagado 300 millones de pesetas a la organización terrorista, según manifestaron ayer a este periódico personas cercanas al secuestrado. "El pago del rescate no va a afectar a la empresa Añuri para nada, ya que vamos a salir de esto más fuertes que nunca", manifestó ayer Julio Eceolaza, directivo de la empresa Estructuras Metálicas, propiedad de los tres hermanos Villoslada, Adolfo, Cipriano y Aurelio.

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"En principio no tiene por qué afectar a Añuri para nada. No es un terna empresarial y pensamos que la fábrica saldrá muy fortalecida de esta situación", añadió Eceolaza, "porque todos estamos mucho más mentalizados que anteriormente y reitero lo que ya he dicho en otras ocasiones, y es que de las guerras salen las economías fortalecidas y algo parecido va a pasar aquí, saldremos con más ganas de hacer cosas".Algunos empleados de la empresa se acercaron durante el día de ayer a las instalaciones de la misma, aunque prácticamente no pudieron trabajar acosados por los medios de comunicación y atendiendo la visita de amigos y conocidos.

Los trabajadores de Añuri, 74 en la plantilla de la factoría -ubicada en el término municipal de Añézcar, a unos nueve kilómetros de Pamplona-, preparan ya la celebración de una fiesta-homenaje a Adolfo, que organizarán en las instalaciones de la empresa el próximo sábado "para compensarle a él y a su familia del sufrimiento que ha tenido, porque se nota que ha sufrido mucho", indicó Julio Eceolaza.

La reincorporación del empresario a su despacho de dirección podría realizarse mañana, lunes. Villoslada no conoce la terminación de las obras de ampliación de Añuri, consistentes en una gigantesca nave industrial construida con las propias estructuras patentadas por la empresa y de unos 20.000 metros cuadrados de superficie, que esperan una inauguración oficial por parte del industrial. "Le va a gustar mucho ver esto terminado y en funcionamiento porque era su máxima ilusión". Los empleados describieron los momentos que siguieron a la liberación del empresario como "momentos de alegría que no se pueden explicar".Empezar de peón

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Adolfo Villoslada Martín, que comenzó trabajando de peón de la construcción y soldador en la empresa Fedasa, fundó su propio taller de soldadura en 1965. Nació así el germen de lo que hoy es Añuri, dedicada a realizar patentes de estructuras metálicas y a instalar grandes naves industriales sin necesidad de pilares. Añuri tuvo ampliaciones en 1972, 1979 y 1989. La participación del empresario secuestrado en otros negocios de mobiliario y hostelería en Pamploma quedó liquidada en los últimos años. En la actualidad, Añuri, además de su empresa matriz en Añézcar, posee sucursales en Madrid, en la calle de Lagasca; en Barcelona, en la calle de Arístides Maillol, y tuvo importantes instalaciones en tina factoría propia en La Plata (Argentina), cuyo gerente fue el donostiarra José Azcona.

Los tres hermanos Villoslada, conocidos también en Pamplona corno los Añuri (palabra procedente de invertir la denominación vasca de la capital vasca, Iruña), poseen también una empresa auxiliar de albañilería para la construcción de fábricas, inscrita con la denominación Tecosa Centro y ubicada en Madrid. En la capital navarra, los Villoslada fueron propietarios de la empresa Europromociones, antes denominada Europea de Promoción y Fomento a la Exportación, dedicada a promocionar naves industriales en diversas zonas de Guipúzcoa. La empre sa fue disuelta en 1979 y liquida da en 1987.

Adolfo Villosladá se casó con Natalia Pinto, ciudadana portuguesa de origen, en 1978, y tienen tres hijos, la mayor de los cuales, Clara, de nueve años, nació en Argentina, durante la estancia de la familia en aquel país, aunque a los siete meses de su nacimiento los Villoslada regresaron a España. Los hermanos Villoslada poseen domicilios situados en el mismo edificio y portal, en uno de los inmuebles mejor situados de Pamplona, y cuyos pisos tienen un valor de mercado de más de 40 millones de pesetas, según fuentes inmobiliarias.

Durante todo el proceso del secuestro, los trabajadores de Añuri, que no poseen comité de empresa, ya que ni siquiera se han realizado elecciones sindicales y carecen por tanto de representación sindical, asumieron el protagonismo en la exigencia de libertad para su director, al que siempre han llamado "un compañero más".

Movilizaciones

El bloque democrático navarro decidió ceder ese protagonismo a los empleados de la fábrica, que, reunidos en asamblea, decidían las movilizaciones que iban a seguir. Dos manifestaciones en Pamplona, una en Bilbao, pancartas, comunicados, conferencias de prensa y la reciente visita al Parlamento Europeo en Estrasburgo han sido sus acciones más destacadas.

Dos horas antes de ser liberado Adolfo, Ángel Moreno, trabajador que viajó a Estrasburgo, reiteraba ante la Prensa a su regreso el deseo de los empleados de lograr una entrevista con Txema Montero, eurodiputado de Herri Batasuna, para pedirle que mediara en el secuestro.

A pesar del largo tiempo transcurrido, los empleados no perdían la esperanza y el buen humor, y comentaban a Enrique Barón, presidente de la institución comunitaria, que ellos, con las patentes de Añuri, podían mejorar las estructuras de madera noble del salón de plenos de la Cámara de Estrasburgo.

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