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En busca del silencio

Milagros Pérez Oliva

La contaminación acústica se está convirtiendo en un serio problema que disminuye la calidad de vida de la mayor parte de las grandes urbes de los países desarrollados. Su crecimiento es paralelo al del parque móvil, ya que el 80% del ruido urbano es imputable al automóvil. El tránsito ha crecido en, los países de la OCDE un 30% durante la década de los ochenta y este incremento se ha traducido en un aumento del ruido ambiental hasta niveles considerados por la Organización Mundial de la Salud como inaceptables, que afectan a más de 130 millones de personas.

Motores más silenciosos, asfaltos porosos y vehículos eléctricos son las armas con las que los gobernantes de las grandes ciudades pueden afrontar este efecto nocivo del progreso, según expertos que han participado en las jornadas sobre Ruido Ambiental en el Medio Urbano, celebradas recientemente en Barcelona.Barcelona y Madrid se encuentran entre las ciudades europeas que soportan mayores índices de contaminación acústica. Casi la mitad de la ciudad de Barcelona, por ejemplo -exactamente el 47,4%- supera los 65 decibelios de ruido durante el día y un 13,7% de su superficie sobrepasa los 75 decibelios que la OMS considera como máximos aceptables, según ha puesto de manifiesto el mapa sónico de la ciudad.

Por la noche, la situación es incluso peor ya que se alcanzan niveles "inaceptables" de contaminación acústica en el 71,9% de la superficie urbana y un tercio de la ciudad soporta en el interior de las viviendas un ruido de fondo superior a los 35 decibelios. La OMS considera que por encima de esa cifra ya no es posible un descanso satisfactorio.

Contaminación

La contaminación acústica tiende a aumentar en todas las grandes urbes europeas, según Eduardo Spagnolo, coordinador del área de Salud Pública del Ayuntamiento de Barcelona. "Por eso, cuanto antes se intervenga mejor. Nosotros calculamos que el plan que ahora emprendemos logrará frenar su crecimiento en los próximos años, pero una disminución efectiva y homogénea no se logrará hasta la próxima década", afirma.

La CE ha fijado para los diferentes tipos de vehículos unos límites de máxima emisión de ruido. Según Ariel Alexandre, responsable de la División de Asuntos Urbanos de la OCDE, el cumplimiento de estos límites reducirá la contaminación sonora entre 5 y 7 decibelios, pero eso será dentro de una década, cuando todo el parque móvil haya sido fabricado de acuerdo con las nuevas pautas. "Aunque no lo parezca, esta cifra es muy importante", puntualiza Ricard Alsina, jefe del servicio de Programas Ambientales del Ayuntamiento de Barcelona, "porque el crecimiento del ruido es exponencial. Es decir, que si disminuimos en tres decibelios el ruido de una calle, es como si redujéramos a la mitad su volumen de tránsito".

Conseguir que el parque móvil sea más silencioso depende también del mantenimiento de los vehículos. La posibilidad de medir el ruido de un coche en estaciones móviles permitirá a los ayuntamientos un control que hasta ahora no se ha ejercido de forma eficaz. El de Barcelona tiene previsto instalar diez estaciones móviles en la ciudad para medir los humos y el ruido que emiten los coches.

El control de los excesos es practicamente el único ámbito en el que se ha actuado hasta ahora. En el aeropuerto de Zurich, por ejemplo, se ha llevado a cabo un control monitorizado y sistemático de todos los aterrizajes y despegues de aviones y la simple publicación mensual de las compañías infractoras ha tenido ya un efecto disuasor apreciable. Lo mismo que los controles en carretera desplegados por el gobierno australiano. Sin embargo, la experiencia que se considera más exitosa es la de la brigada del ruido de la ciudad suiza de Lausana. Esta ciudad tiene un grupo policial exclusivamente dedicado a perseguir los excesos de ruido y, modificar el comportamiento de los conductores.

Baterías recargables

El presidente de la General Motors, Roger Smith, acaba de anunciar la fabricación en serie de un coche eléctrico que funcionará con baterias recargables. General Motors ha logrado superar los dos mayores inconvenientes de estos coches: la baja velocidad y la escasa duración del combustible. El nuevo modelo alcanza los 160 kilómetros aunque su mejor rendimiento se sitúa en una media 90 kilómetros por hora, y alcanza una aceleración de cero a 100 kilómetros en ocho segundos.

Asfaltos porosos

Los responsables de salud pública encargados de reducir la contaminación acústica han encontrado un inesperado aliado en los técnicos de obras públicas. Su aportación puede ser determinante: pavimentos que amortiguan el ruido. Según el ingeniero de Caminos Félix E. Pérez Jiménez, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña, a partir de una velocidad de 50 kilómetros por hora el ruido que predomina ya no es el del motor, sino el del rozamiento de las ruedas sobre la calzada."Así como la industria del automóvil está realizando verdaderos esfuerzos para reducir de 5 a 10 decibelios el ruido total emitido por los vehículos, apenas se han tomado medidas en el campo de la pavimentacion urbana".Hasta hace poco se creía que ruido y seguridad eran dos parámetros antagónicos. Es decir, que los pavimentos más seguros eran aquellos más rugosos y por tanto, más ruidosos. Pero ahora, la búsqueda de asfaltos de mayor adherencia para circular con lluvia ha dado con un nuevo tipo de pavimentos que no sólo son más seguros, sino también menos ruidosos.

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