Extremismo blanco en Suráfrica

La derecha afrikáner tiene un héroe: Piet Shoot Rydolph, un asesino convicto

La derecha afrikáner tiene un nuevo héroe: Piet Shoot Rydolph, que planeó con éxito el robo de un arsenal de armas en una base militar. La policía no consigue encontrarle. Ha huido, escondiéndose en el campo, donde la derecha surafricana tiene el mayor número de seguidores. Los líderes conservadores declaran abierta y triunfalmente que no dirán a la policía dónde se encuentra.

El presidente de Suráfrica, Frederik de Klerk, ha colocado al país en el camino de acabar con el apartheid. En los últimos meses ha levantado las restricciones de grupos y personas como Nelson Mandela, el C...

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La derecha afrikáner tiene un nuevo héroe: Piet Shoot Rydolph, que planeó con éxito el robo de un arsenal de armas en una base militar. La policía no consigue encontrarle. Ha huido, escondiéndose en el campo, donde la derecha surafricana tiene el mayor número de seguidores. Los líderes conservadores declaran abierta y triunfalmente que no dirán a la policía dónde se encuentra.

El presidente de Suráfrica, Frederik de Klerk, ha colocado al país en el camino de acabar con el apartheid. En los últimos meses ha levantado las restricciones de grupos y personas como Nelson Mandela, el Congreso Nacional Africano (ANC) y el partido comunista, que durante años fue considerado un peligroso enemigo del Estado.Sin embargo, De Klerk ha creado nuevos e incluso más peligrosos enemigos dentro de sus propias filas afrikáner. Entre ellos figuran los blancos que creen que De Klerk es un traidor que está entregando el país a los negros.

El líder del Partido Conservador, Andries Treurnicht, junto con algunos de los otros 60 grupos blancos archiconservadores, ha elaborado un manifiesto en el que rechaza el gobierno de la mayoría negra y planea forzar a De Klerk a convocar nuevas elecciones. Esta es una exigencia que el presidente surafricano ha descartado firmemente porque un sondeo confidencial muestra que al menos la mitad de los votantes blancos le apoyan.

Los extremistas de derecha tienen también alternativas por si el Gobierno ignora el llamamiento a unas elecciones generales. El manifiesto propone no sólo llevar a cabo cierres laborales y acciones de desobediencia civil por parte de los blancos, sino también una forma de protesta que podría conducir a un baño de sangre a gran escala: la resistencia armada .

"El Gobierno debe tener en cuenta que la gente adoptará medidas para protegerse", dijo Treurnicht a miles de seguidores ante el monumento de Voortrekker, templo del nacionalismo afrikáner.

El Movimiento de Resistencia Afrikáner (AWB), con sus cruces gamadas al estilo nazi, sus miembros con pistola al cinto y rifles semiautomáticos de fabricación norteamericana, no es el único grupo de extrema derecha. Otro grupo secreto es el Brandwag, cuyos miembros reciben entrenamiento armado en remotas y solitarias granjas propiedad de sus simpatizantes. El Brandwag fue creado exclusivamente para actuar como brazo armado de los bóers en caso de emergencia.

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Tácticas militares

En la ciudad minera de Welkom, los miembros de Brandwag entrenan a los Blanke Yryheid (Libertad Blanca) en el manejo de las armas y tácticas militares. La organización sostiene que el Ejército y la policía son incapaces de mantener la paz en la ciudad y esa labor la realiza ella misma.Aún hay más grupos: Rebeldes del Cabo, Ejército Popular Afrikáner, Flamingoes, Acción Autoprotectora, Afrikáner Nacional-Socialistas y Movimiento Nacional Blanco.

Al AWB le preocupa la existencia de elementos de derecha, incluso más radicales, que están formando también su propio movimiento, como el fantasmal Lobos Blancos, en cuyo nombre el criminal convicto Barend Strydon mató a tiros a ocho negros en una calle de Pretoria hace dos años.

El ANC ha pedido al Gobierno que adopte medidas para controlar especialmente a los grupos armados, pero un problema importante para hacerlo es el hecho de que un gran número de extremistas de derecha ya están dentro del Ejército y de las fuerzas de la policía, aunque una ley reciente prohíbe a los policías formar parte de esos grupos políticos paramilitares. Hasta ahora, las autoridades no han actuado directamente contra ellos.

De Klerk ha hecho maravillas al empezar a romper el sistema de apartheid, permitir la actividad política de los negros e iniciar contactos con Europa. Sin embargo, tendrá que hacer milagros para desactivar el creciente y peligroso descontento entre los sectores extremistas de derecha en su país.

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