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GOLPE A ETA

ETA controló al ex presidente González en Sevilla y recabó datos sobre Alvarez Cascos

El comando Andalucía había recopilado información sobre el ex presidente del Gobierno Felipe González y su esposa, Carmen Romero, durante sus frecuentes estancias en un finca cercana a Sevilla, propiedad de una hermana de González y de su esposo, Francisco Palomino. También habían controlado al vicepresidente Francisco Álvarez Cascos en Madrid, además de hacer seguimientos al ministro de Trabajo, Javier Arenas, y a su familia, así como croquis sobre el gasoducto Argelia España. Alguno de los detenidos ha relatado que ETA intentó en cuatro ocasiones, en 1994, asesinar al presidente de la Audiencia Nacional, Clemente Auger, con un coche bomba, pero desistió por tener que activarlo a corta distancia.

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El comando Andalucía, que se formó a finales de 1995, residió hasta su reciente desarticulación en Sevilla, en pisos de Málaga, Granada, Fuengirola, Marbella y Sevilla. Durante este tiempo, hizo acopio de información sobre mil objetivos potenciales, la mayoría dirigentes del PP, seguidos de policías y guardias civiles, militares, altos cargos del PSOE, empresarios, jueces, funcionarios de prisiones y siete periodistas.Al grupo desarticulado la semana pasada en Sevilla se le decomisó una anotación en euskera y una foto en la que aparecen el ex presidente del Gobierno Felipe González y su esposa en la Finca de La Corchuela, próxima a Dos Hermanas, a la que suelen acudir cuando van a Sevilla. Este indicio hace sospechar que el comando tramaba atentar contra el ex líder del PSOE.

En la relación de mil objetivos terroristas también figura la ex secretaria de Estado de Justicia, María Teresa Fernández de la Vega, actual diputada del PSOE.

Según fuentes de Interior, la mayoría de los objetivos del comando son altos cargos del Partido Popular en Andalucía. Uno de los más significativos es el ministro de Trabajo, Javier Arenas, al que habían sometido a seguimiento, junto con su esposa, Macarena Olivencia, y el padre de ésta, Manuel Olivencia.

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Las investigaciones de la Guardia Civil han determinado que un comando etarra intentó asesinar en cuatro ocasiones en 1994 al presidente de la Audiencia Nacional, Clemente Auger, mediante un coche bomba colocado en un punto de la urbanización donde reside. Sin embargo, desistíeron al comprobar que tenían que activar la carga a muy corta dístancía, lo que suponía un grave riesgo de que los propios terroristas resultaran heridos por la explosión o por los escoltas del magistrado.Auger manifestó ayer que se enteró el pasado martes del plan etarra. "El lugar más adecuado para poner el coche bomba es la salida del jardín que hay en mi casa, que es una salida estrecha. Pero era realmente difícil ponerlo ahí porque los escoltas se mueven mucho", dijo.

El presidente de la Audiencia Nacional, tras alabar la labor de protección de los cuerpos de seguridad, señaló que no puede renunciar a la escolta porque un atentado contra él afectaría "al funcionamiento del Estado "

Aprovechando su estancia en la provincia de Málaga, antes de trasladarse a Sevilla, el comando etarra planeó objetivos contra diversos cargos del PP en la Costa del Sol. En concreto, controlaron a José Luis Pezzi, concejal del PP de Nerja, con el que pretendían repetir el secuestro y asesinato del edil de Ermua Miguel Ángel Blanco, según fuentes de Interior.

Según la documentación incautada al grupo terrorista por la Guardia Civil, el plan y el objetivo era exactamente el mismo: secuestrarlo, mantenerlo cautivo durante 48 horas, pedir a cambio el traslado de los presos etarras a Euskadi y finalmente asesinarle.

Las investigaciones han determinado que los terroristas intentaron matar, a finales del año pasado, con un coche bomba al alcalde de Granada, Gabriel Díaz Berbel, pero desistieron al temer que les hubieran descubierto sus escoltas. El 20 de enero pretendieron matar a la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, pero también abandonaron al comprobar que no les funcionaba el mando a distancia que activaba el coche bomba, probablemente porque el vehículo de la alcaldesa llevaba dispositivos antibomba. Entre los documentos encontrados en el piso franco de Sevilla había una anotación referida a un conocido restaurante de Marbella, al que presuntamente suelen acudir el cantante Julio Iglesias y el premio Nobel de Literatura Camilo José Cela. Junto al nombre del escritor, el etarra que realizó la anotación dibujó una pistola.

Los integrantes del grupo de ETA parecen aficionados a este tipo de gráficos. En uno de ellos, referido al gasoducto Argelia- España, que discurre por varias provincias andaluzas, el autor realizó un dibujo simulando el efecto de una explosión en un tramo de Córdoba.

Interior asegura que los tres supuestos activistas de ETA detenidos eran los únicos integrantes de la organización asentados en Andalucía. Sin embargo, fuentes antiterroristas no se explican para qué estaba acumulando este comando cientos de kilos de explosivos. El consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, entiende que un polvorín de estas dimensiones revela que ETA estaba tratando de preparar "una infraestructura sólida en el sur.

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