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Ira en Suiza por la dureza con la que se trató a Raoul

Hace 10 días, un niño suizo de 10 años quedó en libertad después de pasar más de dos meses detenido porque una vecina dice que vio cómo "tocaba" a su hermana. La ira de Suiza no era sólo por la dureza con la que se pretendía aplicar el sistema judicial sobre el niño, Raoul, sino también por la desproporción en el trato: la policía entró en su cuarto para detenerle mientras dormía, y en todos los traslados (comisaría, tribunal) le esposaban y le ponían grilletes en los pies.Con cierta regularidad resurge el debate sobre el tratamiento penal que reciben los menores en EEUU y con la misma cadencia se repiten los argumentos más endurecidos y los más escandalizados. Melissa Sickmund, del Centro Nacional para la Justicia Juvenil, introduce un matiz en los criterios habituales: "Siempre ha habido niños muy, muy malos que probablemente se sitúan fuera de lo que puede ser juzgado por un tribunal de menores con sanciones para menores". "Sin embargo", aclara Sickmund a este periódico, "había mecanismos para juzgar esos casos en tribunales de adultos. El problema es que ahora hay muchos niños en esos tribunales y probablemente algunos de ellos no lo merecen", asegura.

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Los tribunales de Estados Unidos juzgan y castigan a los niños como si fueran mayores

También la genética

Las estadísticas demuestran que la criminalidad infantil aumenta con factores que nada tienen que ver con la dureza del tratamiento que reciben los infractores. Hay más delitos cometidos por niños o jóvenes cuanto más fácil es el acceso a las armas o más agresivo es el entorno en el que crecen. También la genética tiene su papel: uno de cada 100 niños nace con un pequeño pero significativo daño cerebral provocado por el consumo de alcohol de la madre durante el embarazo, lo que según los neurólogos provoca en los niños problemas de concentración y memoria, exceso de actividad y dificultades en el control del temperamento.

Andrea Lyon, abogada y profesora en la Universidad de Michigan, regresa al caso de Nathaniel para explicar las claves del sistema judicial de EEUU frente a los menores: "Es un niño. Es un niño con problemas de desarrollo y un coeficiente intelectual muy bajo. Estoy segura de que tiene daños cerebrales en el lóbulo frontal; trabajo a diario con presos en el corredor de la muerte y estoy acostumbrada a casos similares", dice Lyon en declaraciones a EL PAÍS. Esta abogada, que ejerce en el Estado con la legislación más dura para los niños, asegura que Nathaniel necesita ayuda, "sin que eso signifique que lo que ha hecho está bien. Ése es el problema que tenemos en este país: queremos demostrar que castigamos y que somos duros, y pensamos que al calificar a Nathaniel como menor parece que somos blandos en el tratamiento del crimen".

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