_
_
_
_
_
Reportaje:

El juez estima que la denuncia contra Cela por plagio tiene fundamento

La Audiencia de Barcelona reabre la polémica sobre los premios y los libros por encargo

El auto del 13 de marzo de 2001 de la Audiencia de Barcelona levanta ampollas. Dice textualmente: 'La coincidencia de ideas temáticas entre obras literarias no revela, necesariamente, que unas sean plagio de las otras pues, ciertamente, esta coincidencia es normal cuando versa sobre temas o ideas que son patrimonio del acervo cultural de todos'.

La bomba viene a continuación: 'En el caso de autos, la coincidencia se produce en unas circunstancias muy especiales, pues se trata de obras presentadas al mismo premio literario, de gran prestigio y con la más importante remuneración económica de entre las que se conceden en este país, premio que además tiene una gran importancia comercial para la empresa editorial que lo patrocina. Y a esa coincidencia entre ambas novelas se suman los diversos artículos y comentarios periodísticos, aportados con la querella, que hacen referencia a la sospecha de que el Premio Planeta de 1994 estaba ya adjudicado, de antemano, al prestigioso escritor don Camilo José Cela, premio Nobel de Literatura del año [le fue concedido en 1989]. Estas sospechas no son del todo infundadas pues la realidad demuestra que no es totalmente ajeno al mundo editorial de nuestro entorno que se escriban obras literarias por encargo para publicarlas atribuyendo su autoría a una determinada persona que, por su popularidad u otras circunstancias personales, goza de una notoriedad o prestigio que garantizan el éxito comercial de la publicación'.

Más información
Cela repitió su discurso de Zacatecas de 1997, que era igual a otro de 1992

La sección décima de la Audiencia de Barcelona, integrada por magistrados de reconocido talante progresista, la que ha juzgado el caso Raval de pederastia, ha ordenado al Juzgado de Instrucción número 2, que había desestimado anteriormente la querella, que abra diligencias para la 'averiguación de las circunstancias en que el querellado don Camilo José Cela escribió su obra La cruz de San Andrés', con el objetivo de 'descartar todo indicio de actuación criminal'.

Los diversos autos dictados dan cuenta de la rocambolesca historia que tiene tintes de una intriga de Agatha Christie con terminología legal. En el auto de 28 de junio de 1999 por el que el juzgado de instrucción decidió 'inadmitir [sic] a trámite la querella criminal', se dice que la querellante atribuye a Planeta la comisión de un delito de apropiación indebida, 'alegando que hizo suya la novela escrita por la Sra. Formoso [...], disponiendo de la misma como propia sin serlo [...] la entregó o facilitó al escritor Camilo José Cela, el cual plagiando su contenido escribió la obra La cruz de San Andrés que resultaría premiada'. Y más adelante: 'La querellante, al comparar su novela Carmen, Carmela, Carmiña con La cruz de San Andrés, se refiere a aspectos tales como el comentario argumental, la estructura, el tema, el espacio-tiempo, los protagonistas y la toma de notas textuales, pero en ningún momento menciona como criterio comparativo el relativo a la forma o manera en que se expresan o exteriorizan las ideas que contienen cada una de las obras, aspecto que es, a tenor de la lectura de ambas, radicalmente distinto'.

'Existen, es cierto, coincidencias argumentales genéricas', se añade en el auto, 'así Carmen, Carmela, Carmiña relata la historia de tres mujeres (abuela, nieta y biznieta) que viven en A Coruña y cuya existencia se encuentra marcada principalmente por la soledad, con referencias a la sexualidad así como a muertes y asesinatos. Del mismo modo, La cruz de San Andrés constituye la crónica de un derrumbamiento de tres mujeres (Matilde Verdú y las hermanas Betty Boop y Matti) que también residen en A Coruña y cuya soledad es elemento destacado de sus vidas; a lo largo de la novela se hace referencia también a su sexualidad, a muertes y asesinatos. Se aprecian asimismo otras coincidencias: una parte de la época en que transcurren ambos relatos (años sesenta-setenta), las referencias a determinados lugares (Santiago de Compostela, Betanzos, la Plaza de María Pita, la Joyería Malde...), algunos episodios o anécdotas (lectura de libros en francés, hacer el amor en la Torre de Hércules, coger truchas con la mano, orinar sin bragas y en equilibro, padecer tuberculosis en ambos pulmones, ir al campo a respirar aire puro), así como referencias concretas al entorno y a objetos (ritos satánicos, magia, el viento, las gaviotas, las mareas vivas, la mecedora cubana de caoba, los puros habanos, una tormenta de rayos y truenos)'.

'Tanto el argumento general como la ubicación espacio-temporal de las obras constituyen temas o ideas que son patrimonio del acervo cultural de todos (vida, familia, soledad, sexualidad muerte)', se añade en el auto, 'que perfectamente pueden coincidir (y de hecho así sucede) en diferentes obras. Por lo que se refiere a la coincidencia en las anécdotas o episodios que relatan actividades humanas concretas, la semejanza adquiere mayor intensidad específica y ello en cuanto a la idea o contenido de las mismas, toda vez que la forma de relatarlas y el contexto general dentro del que se presentan son diferentes'.

Camilo José Cela tiene una extraña habilidad para desatar tormentas. Nacido en Iria Flavia (Padrón), el 11 de mayo de 1916, fue acusado de haber sido censor después de la guerra civil; tras la concesión del Nobel, provocó una escandalera de mucho cuidado despreciando públicamente a autores más jóvenes; afirmó que el Cervantes era un premio 'cubierto de mierda' un año antes de recibirlo. Lo dijo precisamente cuando ganó el Planeta con La cruz de San Andrés. 'Me he presentado ', afirmó el 15 de octubre de 1994, 'porque hace cinco años, cuando me dieron el Nobel, pensé en retirarme, pero después me di cuenta de que debía probarme y establecí una especie de pugilato conmigo mismo'.

El presunto plagio de la novela de Carmen Formoso es seguido con expectación en el mundo editorial, que contempla sorprendido cómo los tribunales cuestionan la manera de conceder un premio. Parece inverosímil que el autor de libros como La colmena, La familia de Pascual Duarte, Oficio de tinieblas, Viaje a la Alcarria, Mazurca para dos muertos o Cristo versus Arizona, que además del Nobel y del Cervantes posee también el Nacional de Literatura y el Príncipe de Asturias, que es académico desde 1957 y marqués de Iria Flavia desde 1996, tuviera necesidad de recurrir a la novela de una autora desconocida para conseguir un premio dotado con 50 millones de pesetas.

Cela no quiere hablar del tema, pero fuentes de su entorno explicaron el viernes que se inspiró para escribir La cruz de San Andrés en una historia real de dos jóvenes captadas por una secta, que vivió muy de cerca, en Galicia, la familia de Marina Castaño, su esposa.

En algún momento, Cela ha pensado en interponer una querella contra Carmen Formoso, por perjudicar su imagen, pero lo ha descartado. 'Que hablen los jueces', dijo el pasado jueves. José Manuel Lara Bosch, consejero delegado del Grupo Planeta, y la Agencia Literaria Carmen Balcells, que representa al escritor, consideran imposible, 'una fantasía', que alguien pueda imaginar a Cela implicado en ese presunto plagio. Que un escritor de prestigio sea acusado de plagio no es infrecuente, que un premio Nobel se vea implicado en un proceso penal lo es mucho menos. Los jueces decidirán.

Camilo José Cela.
Camilo José Cela.SANTI BURGOS

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_