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Seis días para decidir sobre 2,8 segundos

Por corta que sea su vida, no hay competición sin historia. Ni sin escándalo. La Euroliga de la ULEB, la patronal que surgió del frío de la Federación para corregir, entre otras cosas, sus corruptelas arbitrales, no ha necesitado ni una temporada completa para estrenar su archivo de cuentas pendientes. A la ULEB le ha tocado improvisar hasta su código jurídico a raíz del partido ganado por el AEK al Tau con una canasta 2,8 segundos después de concluido el tiempo reglamentario. Los estatutos establecen cinco pasos.

1º. El afectado protesta oficialmente.

2º. Cada parte implicada presenta la documentación al juez único, el portugués Meirim. El Tau argumenta que la canasta de Dikoudis se produce después del tiempo legal y que la bocina no suena. El AEK pide la expulsión del Tau por 'actitud antideportiva'. El supervisor de la Liga, Richardson, emite su informe, favorable al Tau, y los tres árbitros el suyo. El vídeo también importa.

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El Tau gana a tiempo

3º. El juez único remite a los implicados toda la documentación para que conozcan cada postura y éstos tienen 48 horas para responder. El plazo acaba hoy.

4º. Si lo considera conveniente, el juez puede requerir información complementaria, con lo que aplazaría otras 48 horas su decisión, hasta el lunes. De lo contrario, dictaría sentencia hoy.

5º. Tras su fallo, los implicados pueden apelar.

La Euroliga de la ULEB -a punto de fenecer- ya tiene currículo: dispone en sus archivos del partido más largo de la historia. Seis días, quizá, para resolver un conflicto de 2,8 segundos que permita aclarar si el Tau gana o pierde.

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