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CERCO AL EX DICTADOR DE BELGRADO

Milosevic se atrinchera en su casa dispuesto a morir antes de entregarse

Un enviado de la coalición gobernante negocia en la casa la entrega del ex dictador

El fantasma de Numancia flota sobre Belgrado. El ex presidente Slobodan Milosevic y sus seguidores se han declarado dispuestos a morir antes que entregarse a la policía. El intento fallido en la madrugada del sábado de detener al ex dictador en su residencia del barrio de Dedinje, en Belgrado, ha abierto una brecha profunda entre las instituciones y dirigentes de Serbia y la Federación Yugoslava.

El Gobierno serbio acusó al Ejército de Yugoslavia de haber impedido la detención de Milosevic al entregar a sus guardias personales las llaves de la residencia. El Ejército, que depende del presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, desmintió haber obstruido la labor de la policía serbia. Kostunica declaró anoche que nadie está por encima de la ley y que Milosevic no puede poner en peligro los intereses generales del país.

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El Gobierno de Serbia asegura que los fundamentos jurídicos para la detención de Milosevic son sus presuntos delitos de abuso de poder y malversación de caudales públicos y que no existe intención de entregarlo al Tribunal Penal Internacional para los crímenes de guerra en la ex Yugoslavia (TPI), con sede en La Haya y dependiente de Naciones Unidas.

Tras la chapucera intervención de las unidades especiales de la policía serbia, el ex dictador se atrincheró en su residencia, protegido, al parecer, por una veintena de guardias personales armados hasta los dientes y en alto grado de intoxicación etílica, según declaró el ministro del Interior de Serbia Dusan Mihajlovic.

Este responsable político se acercó anoche a los alrededores de la residencia de Milosevic en Belgrado momentos antes de que las fuerzas de seguridad ordenaran el despeje de la zona, lo que se interpretó como un síntoma de que un nuevo intento de asalto era inminente. El propio ministro federal yugoslavo de Interior, Zoran Zivkovic, dijo anoche que los agentes tenían permiso para actuar. Poco después, el suministro de agua y luz de la vivienda fue interrumpido, aunque desde el exterior era posible observar luces gracias a la presencia de generadores.

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Al tiempo, un representante de la gobernante coalición DOS, se presentó en la vivienda para negociar una salida pacífica. El intento podría estar respaldado por miembros del propio partido de Milosevic, que se decantarían por una solución pactada al problema.

El fracaso de la primera operación de captura de Milosevic, en la madrugada del sábado, no sólo dejó en ridículo a la policía, que tuvo que desistir a la carrera ante los disparos procedentes del interior, sino que ha dejado expuesta la crisis política en el seno de la coalición democrática que expulsó en octubre a Milosevic del poder. Mihajlovic, por ejemplo, no tuvo el menor reparo de acusar, en una conferencia de prensa celebrada a primera hora de la mañana de ayer, al Ejército de Yugoslavia de obstaculizar la labor policial. Según Mihajlovic, los militares encargados de la custodia de la residencia entregaron las llaves de la misma no a los policías que llegaron para detener a Milosevic, sino a sus guardias pretorianos.

El papel del Ejército

Era lo que faltaba. Casi desde la caída de Milosevic, el presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica y el de Serbia, Zoran Djindjic, mantienen una pugna por imponer su criterio en el ritmo de los cambios. Uno de los campos de división ha sido el afán de Kostunica por mantener en el cargo al jefe del Estado Mayor del Ejército, general Nebojsa Pavkovic. Ahora los enemigos de Pavkovic, y por elevación de Kostunica, cuentan con un argumento más en su lucha por el poder: acusar al Ejército de apoyar al ex dictador.

El Ejército se apresuró ayer a negar toda obstaculización del trabajo policial. Sin embargo, Pavkovic se vio obligado a admitir que Kostunica dio la orden de retirar la custodia de la residencia de Milosevic. La orden se cumplió. El jefe militar explicó que el Ejército custodiaba la residencia y no a la persona (Milosevic). La pregunta inmediata que se plantea es cómo, si ellos custodiaban la residencia, pudo acumularse en su interior el arsenal del que ahora disponen Milosevic y los suyos.

El día de ayer transcurrió entre escaramuzas callejeras: la policía frente a los simpatizantes de Milosevic y éstos contra manifestantes enemigos del ex dictador. También se sucedieron las negociaciones para lograr la entrega pacífica del ex presidente. Elementos moderados del Partido Socialista de Serbia (SPS) trataban de convencer a su jefe, pero no había indicios de éxito. El SPS celebró también una conferencia de prensa en la que insistió en que su voluntad de encontrar una solución negociada, que no significa 'una entrega pacífica', y habló de comportamiento incomprensible de la policía hacia su pueblo. Según el SPS, el objetivo último de la detención es entregar a Milosevic al tribunal penal en La Haya.

El primer ministro de Serbia Djindjic señaló también de la existencia de un conflicto entre órganos federales (el Ejército yugoslavo) y serbios (policía), pero la atribuyó al 'comportamiento irresponsable de algunos individuos'. Sobre el futuro del general Pavkovic, Djindjic aseguró haber puesto un informe oficial y que Kostunica tendrá que decidir.

El presidente se dirigió al país por la noche rodeado de todos los dirigentes de lo que fuera la Oposición Democrática de Serbia (DOS) -hoy en el poder- y de los jefes militares y policiales en un intento de dar muestras de unidad ante el problema que afronta el país: Milosevic. Kostunica aseguró que no se permitirá una crisis de Estado y 'que nadie es intocable'. Se refirió a los problemas que tiene el país: sur de Serbia, Montenegro, economía y añadió que son más importantes que un individuo. Según Kostunica, quien dispara contra la policía tienen que comparecer ante la justicia y una persona convocada por un juez tiene que responder a ese llamamiento. Kostunica insistió en que la ley es igual para todos y prometió que la captura de Milosevic no provocará un derramamiento de sangre.

Policías especiales serbios rompen una ventana del muro de la residencia de Milosevic en la madrugada del sábado.
Policías especiales serbios rompen una ventana del muro de la residencia de Milosevic en la madrugada del sábado.REUTERS

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