Madrid y Sevilla aún mantienen sus esperanzas para el año 2012
Madrid o Sevilla, la ciudad española que deberá elegir el Comité Olímpico Español (COE) en el primer trimestre de 2003, puede seguir alimentando esperanzas de ser la sede de los Juegos de 2012. Un éxito de París lo hubiese hecho inviable. 'La alternancia de continentes se sigue cumpliendo en el COI', dijo Alfredo Goyeneche, presidente del COE. El resultado satisfizo a los alcaldes de las dos ciudades españolas. El primer edil de Madrid, José María Álvarez del Manzano, declaró satisfecho: 'He sentido que acertamos cuando presentamos nuestra candidatura'. Sánchez Monteseirín, su homólogo sevillano, aseguró: 'La elección de Pekín nos da alas'.
El COE aún no ha determinado cómo será la decisión, porque si siguen adelante las dos ciudades sería la primera vez que es necesaria una elección. En cualquier caso, Madrid, según todos los indicios, será la elegida. Sevilla ha fracasado ya dos veces porque ni siquiera cumple el mínimo de población exigido. El problema ahora es el retraso de Madrid, que sólo tiene el peso específico de la capital. Debe a marchas forzadas salir de su abandono deportivo internacional. ¿Se llegará a tiempo? Si París sigue en la carrera, será muy difícil que a la tercera (tras perder ya en 1986 con Barcelona, además) no consiga los Juegos. Descartada Asia tras el triunfo de Pekín, la posibilidad de 2012 o 2016 también puede barajarse porque en la alternancia de continentes América no tiene Juegos desde 1996, con el fracaso de Atlanta. Le correspondería. Y no sólo podría repetir Toronto: Estados Unidos siempre está ahí para tomarse la revancha. De momento, parece que hay nada menos que ocho ciudades en cartera: Nueva York, Washington, San Francisco, Dallas, Houston, Cincinatti, Tampa y Los Ángeles, de nuevo, por si hace falta garantizar el éxito económico como en 1984. Serían los únicos enemigos fuertes, salvo que Suráfrica (de nuevo Ciudad del Cabo o Johanesburgo) y Suramérica (otra vez Río de Janeiro y Buenos Aires) mejoren tanto que el COI se sienta con la obligación de seguir pagando deudas.
