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Reportaje:

Los terroristas vuelven a golpear a la cúpula policial

ETA ha matado a 'ertzainas' cuando ha querido presionar al PNV

Cuando ETA quiere presionar al Partido Nacionalista Vasco, mata a un ertzaina. Ésta no es aseveración extraída de ningún escrito interno de esa organización terrorista, ni tampoco una afirmación comúnmente establecida en la política vasca. Es una idea acreditada, preferentemente, en los contextos de atentados llevados a cabo hasta ahora contra la Ertzaintza, aunque la argumentación terrorista alude invariablemente al "carácter represivo" de la Policía autonómica y a su "integración en las Fuerzas Armadas españolas". Así, en el Zutabe, la publicación interna de ETA, de diciembre del pasado año, los terroristas afirmaban que el Partido Nacionalista Vasco había perdido la dirección de la Policía vasca y que los ertzainas "quieren condicionar la propia situación política y la línea de intervención política del PNV".

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Tras la ruptura de la tregua, en diciembre de 1999, muchos agentes de la Policía autonómica interpretaron los reproches de ETA al PNV y a Eusko Alkartasuna (EA) por no haberles secundado hasta el final en el Pacto de Lizarra como el anuncio de que la Ertzaintza volvía a ser objetivo de ETA. En una inversión de la prueba, recordaban perfectamente que en noviembre de 1997, después de que el sindicato nacionalista ELA proclamara "la muerte del Estatuto de Autonomía", los terroristas comunicaron que renunciaban temporalmente a atacar tanto a la Ertzaintza como a los funcionarios de prisiones. Fue una decisión, surgida obviamente de los contactos y negociaciones habidos tras el asesinato de afiliados a ese sindicato, que ETA respetó hasta la muerte, a manos de la Ertzaintza, de la activista Inaxia Zeberio en Julio de 1998.

Además de presionar políticamente al nacionalismo no violento para que asuma sus postulados, los terroristas atacan igualmente a la Ertzaintza cada vez que interpretan que la Policía vasca ha traspasado la línea del "enfrentamiento de baja intensidad". Días después de que agentes de la policía vasca detuvieran circunstancialmente en la calle a uno de los activistas del comando Donostia que acababa de volar el nuevo Centro de Menores de Zumárraga (Guipúzcoa), ETA mató al agente Iñaki Totorika, el pasado 9 de marzo, en Hernani con un coche bomba dispuesto a modo de barricada.

En la larga entrevista, de seis páginas, que los diarios Gara y Egunkaria brindaron el pasado día 7 de junio a dirigentes de ETA no había tampoco referencias a la Policía autonómica vasca pero sí serias advertencias al Partido Nacionalista Vasco y a Eusko Alkartasuna de que deben utilizar su reciente triunfo electoral y los 600.000 votos cosechados para adentrarse decididamente por la senda soberanista y romper el marco estatutario.

Parece que el discurso de investidura leído por el lehendakari Juan José Ibarretxe el pasado miércoles no se ajusta al guión que desean los terroristas. Es seguro, también, que habrán apreciado muy poco estas palabras del lehendakari en el acto de juramento de su cargo celebrado ayer en Gernika: "Mi total desprecio a ETA; el desprecio total de la sociedad vasca a ETA". ¿El coche bomba que el martes mató al policía nacional Luis Ortiz de la Rosa, la bomba lapa que acabó ayer con la vida de un concejal de UPN en Leitza, los tiros en la nuca, anoche, al ertzainza Mikel Uribe, no marcan la investidura de Ibarretxe con el mensaje de la amenaza, con la advertencia de que ése no es camino?

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Desde la creación de la policía autonómica, ETA ha tenido siempre en cartera la idea de atentar contra la Ertzaintza, aunque ése es un propósito que ha administrado con suma cautela porque no tenía interés en un enfrentamiento frontal y porque era consciente de la identificación con ese cuerpo policial de la gran mayoría de la sociedad vasca. Al principio, limitó sus atentados a la cúpula de esa fuerza de seguridad con la coartada de que en última instancia procedía del Ejército español. Con información obtenida de sus infiltrados en la policía autonómica, asesinó el 7 de marzo de 1985, en Vitoria, al teniente coronel superintendente de la Ertzaintza, Carlos Díaz Arcocha.

Luego, ha matado a otros 10 agentes, aunque en acciones que en su mayoría no estaban dirigidas expresamente contra la policía vasca. ETA, que según los datos del ordenador incautado a Juan Carlos Iglesias Chousas, Gaddafi, dispone de las fichas personales de 6.000 ertzainas, no ignora, porque dispone sin duda de abundante información sobre el asunto, que una parte de los ertzainas juzgan contrario intervenir policialmente contra ellos.

Es una actitud asentada en el caso de los sindicalistas de ELA -sindicato al que pertenece el agente asesinado ayer- que han sostenido que puesto que el conflicto es político lo que procede es una negociación política y no un enfrentamiento entre vascos que puede dejar dolorosas secuelas llegado el día de la reconciliación. Tampoco puede ignorar que algunos destacados dirigentes del PNV reaccionaron al asesinato, el 4 de marzo de 1996, del ertzaina Montxo Doral, afiliado a ese partido, indicando "hay que hablar".

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