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Agricultura financiará el cambio de uso del aceite de orujo para fines industriales

Administración y sector dan por hecha una fuerte y perdurable reducción de la demanda

El departamento de Miguel Arias Cañete tendrá que tirar otra vez de chequera para paliar la crisis provocada el pasado día 3 por la inmovilización, ordenada por la ministra de Sanidad, Celia Villalobos, de todo el aceite de orujo español, debido a su alto contenido en benzopireno, una sustancia cancerígena a largo plazo.

Más allá de las ayudas inmediatas para el almacenamiento del aceite ya existente, Agricultura y el sector buscan otras salidas a medio plazo para el orujo. La razón es de peso: si los orujeros no pueden vender su producto, los olivareros no encontrarán forma de deshacerse de los residuos que (una mezcla de orujo y alpechín, o alperujo) que se generan tras la extracción del aceite de oliva virgen, y que son precisamente los que se han utilizado hasta ahora para extraer el aceite de orujo. Esos residuos ascienden a cuatro millones de toneladas anuales, y su bloqueo taponaría toda la actividad olivarera.

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Según los datos manejados por los extractores de orujo, actualmente existen unas disponibilidades en las industrias de unas 30.000 toneladas a las que se sumarían otras 6.000 toneladas que se hallaban en los canales de distribución o en la restauración que han sido devueltas.

Para Álvaro Espuny, uno de los productores más importantes de orujo, de la firma Coreysa, el auténtico problema es buscar salidas al orujo en los próximos años. 'Se nos ofrece ayuda para almacenar lo que tenemos', dice. 'Pero el problema es que nadie va a producir orujo a partir de la campaña próxima si no hay salidas en el mercado, algo que se debe solucionar antes del otoño.'

La campaña pasada, la producción de aceite de orujo en España fue de 78.000 toneladas, tras una excelente cosecha de cinco millones de tonelada de aceituna, que se tradujeron en 968.000 toneladas de aceite de oliva. Las almazaras no disponen de estructuras para desarrollar la campaña con normalidad si las extractoras no retiran el alperujo a las grandes balsas de sus propias instalaciones. Estos residuos son contaminantes y no pueden tirarse a la red fluvial.

Una opción es utilizar estos productos como combustible, en las llamadas plantas de cogeneración, para producir electricidad. Pero Miguel Manaute, portavoz de la cooperativa El Tejar, que es pionera en la aplicación de esa tecnología al orujo, asegura que el aceite no es rentable para la cogeneración. En todo caso, solamente se podría utilizar para ello la materia prima sobrante tras extraer el aceite de orujo.

Otra salida es su utilización para la producción de jabones y cremas. Para ello son necesarios aceites con acidez elevada. Al margen de su uso en España, tienen una cierta demanda en países árabes.

Frente al uso de lubricantes clásicos, se considera la posibilidad de usar el aceite de orujo, mezclado con otros productos, para motores de embarcaciones. Finalmente, se estudia su uso como grasa para piensos. De todos modos, algunos orujeros consideran esencial mantener la demanda en bares y restaurnates, que supone más del 50% de las ventas.

En la provincia de Jaén hay ya otros dos proyectos de cogeneración, informa Carmen del Arco. Uno de ellos, en Linares, está promovido por Abengoa, e incluye la construcción de una orujera y una planta de cogeneración que trataría 300 toneladas de residuos olivareros. Otro proyecto es el de Villanueva del Arzobispo, promovido por Endesa, que supondrá una inversión de 3.000 millones de pesetas y que tiene previsto comenzar las pruebas de funcionamiento a finales de este año. Si estas empresas no tienen orujillo (el residuo que queda tras la conversión del alperujo en aceite de orujo) por culpa de la falta de producción en las extractoras, se quedarían también sin materia prima sobre la que trabajar.

Ya hay industriales del orujo que están proyectando reconvertir sus industrias para fabricar biodiesel. Se trata de un combustible que ahora se hace con aceite de soja o girasol. Otra posibilidad es transformar las empresas en plantas de energía que utilicen como materia directamente el alperujo. Se convertirían en industrias medioambientales de transformación. 'No serían rentables, por lo que tendrían que recibir compensaciones por eliminar un residuo muy contaminante', advierte José García, director de la agencia de Gestión Energética de la diputación de Jaén.

Balsas de almacenamiento de orujo y alpechín  en Baena (Córdoba).
Balsas de almacenamiento de orujo y alpechín en Baena (Córdoba).

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