El relevo generacional
Al inicio de la Vuelta a España surge de nuevo la duda. ¿Es mejor hablar de los ausentes o de los presentes? Hablemos de todos. A la salida de Salamanca, hoy,con una contrarreloj de 12 kilómetros, llegan los mejores ciclistas del mundo..., excepto aquéllos que para este mes ya han justificado su temporada.
Falta, por tanto, el estadounidense Lance Armstrong, que, aunque rozó el larguero dejando entrever su posible presencia, ha terminado prefiriendo saborear su tercer Tour consecutivo y pensar, junto a su familia, en el cuarto. De nada han servido las supuestas afinidades geográficas -tiene una casa en Girona- ni laborales -había dicho que participaría si Roberto Heras le ayudaba a ganar en Francia). Armstrong es un hombre Tour, en exclusiva.
Tampoco está el alemán Jan Ullrich, fracasado de nuevo en el Tour, aunque relativamente. Él se siente con la conciencia limpia. Nadie puede poner reparos a su preparación. Ha rendido al límite. Ahora ya sólo le interesa el Campeonato del Mundo. No necesita como en 2000 utilizar la Vuelta como un entrenamiento para los Juegos Olímpicos de Sydney, que ganó.
Por tanto, en Salamanca se ha citado el segundo escalón del ciclismo. Muchos españoles, como siempre, y con el relevo generacional ya consumado. Viejos ganadores y aspirantes -Abraham Olano, Alex Zülle, Fernando Escartín, José María Jiménez...- persisten en el pelotón, pero ahora en otras condiciones, como acompañantes de los verdaderos favoritos, de corredores de entre 24 y 28 años: Joseba Beloki (28), Roberto Heras (28), Óscar Sevilla (24), Igor González de Galdeano (27), Unai Osa (26), Santiago Botero (28)...Heras, el defensor del título, tiene un panorama intrincado. Llega con el tiempo justo tras recuperarse de una lesión. Él mismo se siente dudoso respecto a su rendimiento. Y más si observa el panorama. Manolo Saiz tiene, más que un equipo, una selección de corredores. Tres líderes, con Beloki como punta del iceberg. El ONCE-Eroski no gana la Vuelta desde 1997, con Zülle. Pero este año es la referencia. Todos sus rivales pretenden hacer recaer en el grupo de Saiz el peso de la prueba. Es el caso del Kelme, el dominador del año pasado, que también puede permitirse el lujo de tener un líder, Sevilla, con recambio, Botero. Pero Vicente Belda no quiere llegar a un mano a mano con el ONCE: 'Me gustaría que hubiera más grupos en la pelea. Como en el Tour, que se autocontrola porque todos tienen algo que decir, porque no hay comparsas'. El iBanesto.com tiene un corredor, Osa, tercero en el Giro, para intentar que la competición sea más plural. Y, por supuesto,ahí están los escaladores del Euskaltel, que esperan a los días de montaña.
La Vuelta vuelve a ser un coto privado español. Sí, hay también extranjeros, sobre todo italianos, pero su mente está en otras partes: Gilberto Simoni, el ganador del Giro, piensa más en repetir una victoria como la de 2000 en el Angliru que en la clasificación general; lo mismo que Ivan Gotti, Marco Pantani, Paolo Savoldelli... Son inevitables las sospechas sobre sus ganas de sufrir durante tres semanas cuando la temporada está a punto de concluir. Pero, si quieren etapas sueltas, hay dos candidatos. Uno, alemán, Erik Zabel, que participa por voluntad propia, un matiz importante; y otro español, Óscar Freire, aún renqueante pero siempre competitivo. En el llano ellos marcarán la pauta.
Los escaladores también tienen su oportunidad, repartida en ocho jornadas. No se subirá el Angliru, para no desgastarlo, pero se intenta paliar con una cima inédita, el alto de Aitana, tras una etapa de 200 kilómetros, clara muestra de un paso atrás de la organización en su intención de recortar el kilometraje. También se ha introducido una cronoescalada en Andorra. Pero la historia sigue pesando. Los lagos de Covadonga tendrán mayor protagonismo por el momento en el que se ascenderán, el quinto día.
Hay oportunidades suficientes para confirmar el definitivo relevo generacional. ¿Pero qué corredor será el abanderado? La respuesta, en Madrid, el día 30.
