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Crítica:POESÍA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Alfabeto de letras activas

La mayoría vive la poesía como una enfermedad infantil por la que se pasa en la juventud y que se cura con los años. Muy pocos se contagian a una edad avanzada, y suele ser por circunstancias excepcionales. Éste es el caso de Hildegard Löwenstein (Colonia, 1909), doctora en ciencias políticas, quien, como tantas mujeres de su generación, había renunciado a una carrera universitaria a favor de la de su marido, y no publicó su primer poemario, Sólo una rosa de respaldo, hasta los cincuenta años. Igual que a la premio Nobel Nelly Sachs, la experiencia del exilio y de la muerte despertaron en Hilde Domin, como decidió llamarse desde entonces, una eclosión creativa: seis poemarios, una novela, el muy combativo ensayo Para qué la lírica hoy, prosa autobiográfica, junto a artículos sobre la actualidad política y literaria alemana, conforman la obra de una poeta habituada a ir Ligera de equipaje: 'No te acostumbres. / No tienes derecho a acostumbrarte. / Una rosa es una rosa. / Pero un hogar no es un hogar'.

POEMAS

Hilde Domin Traducción de Hans Leopold Davi El Bardo. Barcelona, 2002 293 páginas. 9,02 euros

Enseguida se percibe, en

la antología presentada de la mano cuidadosa de Hans Leopold Davi, que la errancia de país en país para la autora judía ha determinado, de manera decisiva, su mundo poético -a pesar de haber vuelto a instalarse en Alemania en 1961, después de marcharse en 1932-, y actúa de matriz metafórica en su escritura, que alimenta un imaginario poético centrado en la fugacidad: las nubes, paisajes cambiantes, los barcos, son escenarios en eterno tránsito dispuestos con artificio para reflejar soledad y dilema existencial. Los rasgos más visibles de la poesía de Hilde Domin son la transparencia y la sencillez del lenguaje, una sencillez, casi se diría, estoica -ya que va acompañada de escepticismo y amor a las cosas más pequeñas- que otorga a los textos lacónicos, muy racionalmente estructurados, intensidad y fuerza persuasiva. 'Hoy llamamos / hoy nombramos. / Una voz / que dice una palabra / lo sucedido'.

El poema se entiende como espacio de libertad, tanto a nivel personal para renombrar las cosas o permitir momentos de ensoñación (el delicioso Ruego a un delfín) como para proyectar, en un sentido amplio, un mundo más libre. Uno de los pocos poemas que alude de forma indirecta a su condición de judía, Evasión de aquí, a través de la dedicatoria a Paul Celan, Peter Szondi y Jean Améry, 'que no quisieron seguir viviendo', sirve de ejemplo para este espíritu libertador y de confianza inquebrantable en el alcance de la escritura: 'Me sumerjo / fuera del día / atravesándolo / emerjo / al otro lado de la tierra / Allí quiero / respirar más libremente / allí quiero inventar un alfabeto / de letras activas'.

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