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Documentos incautados a la contable explican el fraude

El párroco conquense Teodoro Bonilla nunca tuvo suerte al jugar en bolsa con Gescartera. El 96% de las pérdidas de la sociedad de Antonio Cacho en 1998 recayeron en este insolvente sacerdote. Sumó minusvalías jornada tras jornada, que, sin embargo, nunca fueron cargadas en la cuenta corriente que tenía en el HSBC.

Así, por ejemplo, el 28 de mayo de 1998 sumó en una sola jornada bursátil tantas pérdidas (126.000 euros) como beneficios los 250 clientes más favorecidos por el dedo de Camacho. Sus pérdidas tenían simetrías al céntimo con ganancias de entidades como el arzobispado de Valladolid.

La policía halló detallada documentación de este fenómeno en el registro efectuado en el despacho de Ángeles Leis, contable de Gescartera. Recogía con sumo detalle las operaciones cuádruples de la agencia a través del HSBC. El 30 de julio de 1998 es una jornada ejemplar que cita la policía. Ese día, se efectuaron cuatro operaciones sobre 21.000 títulos del Banco Popular.

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En la primera operación se compran y venden por 73 euros. En la segunda se compran y venden por 74 euros. 'Mediante fax remitido al HSBC se ordenaba asignar a Teodoro Bonilla la compra de 21.000 títulos a 74 euros y la venta a 73, con una pérdida de unos 25.000 euros. En el mismo mandato se ordenaba asignar las operaciones complementarias al Arzobispado de Valladolid con el consiguiente beneficio de 25.000 euros'.

Otros beneficiarios

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El sistema tenía otros beneficiarios: 'Por cada una de esas operaciones, el HSBC cobraba un corretaje del 0,5% del montante de la operación, en total unos 29.000 euros'. Gescartera con esta sola operación generó un desfase patrimonial de 48.000 euros, 'dado que el arzobispado retiró todo el capital de Gescartera y Bonilla no aportó los 25.000 euros que le fueron asignados en minusvalías en esta operación'.

El informe destaca que para que tan irregular procedimiento pudiese funcionar 'era imprescindible la connivencia de los directivos del grupo bancario para facilitar toda esta operativa sin hacer sonar las alarmas en los sistemas de control de los mercados financieros y de renta variable'.

En definitiva, concluye el informe, 'la dirección del HSBC en España, representada por Salvador Pastor Ripoll, conoció, permitió, facilitó y ocultó la operativa irregular que ha terminado con la desaparición de los fondos de los clientes de Gescartera, buscando un beneficio económico para su banco en el cobro de comisiones y para personas físicas y jurídicas relacionadas con los directivos del HSBC'.

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