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Mercadillo militar para reventar la protesta

Juan Jesús Aznárez

Los lúbricos contoneos de una mulatona transformada en peonza, secundados por una banda de músicos vestidos con los colores chavistas, amenizaron ayer el "megamercado navideño" abierto en la avenida Bolívar, de Caracas, para reventar la huelga. "Así, así, sabrosona", animaban desde la tarima. Decenas de miles de personas, mientras tanto, compraban a mitad de precio los alimentos y cosas de cocina puestos a la venta a largo de toda la avenida. "Yo soy maestra. He ido a trabajar, pero los niños no llegaron", señala Isabel.

Grupos de militares controlaban el desarrollo de un mercado que ofrecía desde el corte de pelo por peluqueros castrenses hasta servicios de odontología, veterinaria y solución de trámites administrativos. "Trata de abaratar los precios entre el productor y el consumidor, lo hacemos desde hace tiempo, pero ahora lo hemos traído aquí", dice un sargento. ¿Para reventar la huelga? "Si hay razones políticas, yo no lo sé". Muy cerca, se vende una publicación que lleva este titular en portada: "La emboscada está en marcha, pero el pueblo también". "Alguno va a morir si quieren echar a Chávez", advierte el activista distribuidor.

Manuel González, presidente del opositor Fedeagro, clamaba al cielo: "La Fuerza Armada venezolana debe sentirse avergonzada de ver generales, coroneles y otros altos oficiales vendiendo cochino, vendiendo mortadela, vendiendo papa, vendiendo cebolla. Se ha distorsionado su papel". No era de esa opinión la multitud de amas de casa, estudiantes, trabajadores y transeúntes ociosos que ayer llenaban bolsas y sacos.

"Está la vida muy cara y hay que aprovechar", explicaba una señora.

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