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Entrevista:JOHN PILGER | Periodista y escritor | 62ª FERIA DEL LIBRO DE MADRID

"Las personas no son sumisas por naturaleza"

Lo de Irak no se ha acabado, asegura John Pilger; las tropas de ocupación "son un puñado de soldados ignorantes mandados por oficiales ignorantes" y los teóricos del nuevo orden mundial impuesto por Estados Unidos son "unos patanes literarios". El futuro, sin embargo, podría ser diferente~, porque las personas "no son sumisas por naturaleza", como demuestra la movilización mundial contra la guerra.

Pilger es un veterano periodista australiano, cuya carrera ha transcurrido por la mayoría de los grandes medios de comunicación anglosajones y en casi todos los campos del oficio, aunque la fama y el reconocimiento le han llegado recientemente gracias a una serie de documentales que muestran la corrupción y la inconmensurable codicia que comparten los grandes líderes políticos de Occidente y las corporaciones globales, un material sobre el que ha escrito Los nuevos gobernantes del mundo (RBA).

"El poder hace fanáticos a los gobernantes y su natural narcisista alcanza proporciones ridículas"
"Los poderes imperiales de ocupación son impopulares, ocupan un país, pero no a su gente"
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Pregunta. ¿Cuál es el siguiente capítulo una vez acabada la guerra de Irak?

Respuesta. ¿Acabada? No, no se ha acabado. Justo está empezando. La conquista fue fácil. El ejército tecnológicamente más avanzado del planeta aplastó Irak, un país que no hubiera podido resistirle ni siquiera estando preparado. Ahora los ocupantes tienen que enfrentarse a una sociedad muy compleja y sofisticada que no los aceptará. Como todos los poderes imperiales de ocupación, los estadounidenses y los británicos son impopulares. Todos hacen lo mismo, ocupan un país, pero no ocupan a su gente. Además, Irak no es Afganistán, es una sociedad muy organizada, especialmente los chiítas, que se opondrán a la ocupación. Lo más probable es que si no se van pronto se encuentren con una intifada.

P. Tal vez utilicen a los suníes para controlar a los chiítas.

R. Éste es un mito. Suníes y chiítas se llevan bien. Todas las predicciones de que Irak se rompería en pedazos no se están cumpliendo. Ni siquiera los kurdos están por la labor. Creo que los iraquíes quieren que se vayan los ocupantes. Desde el principio los han ofendido, han matado a la gente, han aterrorizado a los civiles. Finalmente, las tropas de ocupación no son más que un puñado de soldados ignorantes mandados por oficiales ignorantes. Los estadounidenses los veían como nativos que quedarían seducidos por su presencia. La paradoja es que la reacción a la invasión puede desembocar en un Irak islámico. Lo mismo que en Afganistán, donde los talibanes están volviendo. De hecho, las cosas sólo han cambiado, y muy poco, en Kabul, pero en el resto ha vuelto el componente tribal y, por tanto, talibán.

P. En su libro explica que si bien las grandes corporaciones y grupos económicos controlan una buena parte del juego, no es cierto que el poder de los Estados haya desaparecido, sino que es mayor que nunca. Pero usted no contempla que en una situación como la de Irak se fuera a producir un cisma como el que ha separado a EE UU de Francia y Alemania.

R. La competencia entre poderes imperiales es normal. Y es cierto que todo el proceso de la invasión de Irak ha estado planificado y coordinado. Fíjese bien cómo Washington está repartiendo contratos a quienes le ayudan.

P. Dice usted también que la razón principal no es el petróleo.

R. Una de las razones por las que EE UU quería controlar Asia central es para dejar fuera del reparto de las riquezas a Rusia, China y también a los europeos. Los estadounidenses temen especialmente que, a la larga, China se convierta en el gran poder económico mundial. Detrás de la Administración de George W. Bush hay una clarísima lógica imperial. El 11 de septiembre simplemente ha acelerado el proceso.

P. ¿Cómo ve el papel del Gobierno español?

R. ¡Ah!, el spanish Blair. Tal vez Aznar ha tenido una visión y quiere devolver a España sus glorias pasadas. Tal vez se siente un master del universo. El poder vuelve fanáticos a los gobernantes y su natural narcisismo alcanza proporciones ridículas. Esto podría ser lo que le ha sucedido a Aznar. Esto es también lo que le pasa a Blair, que no hay que olvidar que asistió a la boda de su hija.

P. ¿Cree usted que estamos en un proceso de degeneración democrática?

R. España es diferente, porque tras la muerte de Franco tuvo una luna de miel con la democracia representativa. Pero ahora ya ha alcanzado el modelo de ideología única con dos partidos. La gente no se lo cree, pero son llamados cada cuatro años a escoger entre una u otra facción. En las últimas elecciones del Reino Unido, Tony Blair fue elegido por el porcentaje de votantes más bajo de toda la historia.

P. ¿Qué es la democracia?

R. Rendir cuentas. Transparencia.

P. ¿Y la opinión pública?

R. ¡Ah, las encuestas! Llaman a mil personas, les preguntan cualquier cosa y responden lo que les da la gana. Y luego unos tipos nos dicen lo que pensamos. Pero soy optimista. Las personas no son sumisas, contrariamente a lo que se cree, y las movilizaciones de estos últimos meses empiezan a mostrar que hay una nueva fuerza con la que habrá que contar.

John Pilger, en Barcelona.
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