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CRISIS EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Simancas denuncia que los corruptores de la "trama de Madrid" están en el PP

El candidato socialista rechaza el voto de los tránsfugas y les reclama que devuelvan el escaño

Carlos E. Cué

El candidato socialista a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, aprovechó ayer su discurso de investidura para mostrar el "cúmulo de casualidades" que vincula al PP con la trama inmobiliaria que, en su opinión, está detrás de los dos diputados tránsfugas del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez. "Los corruptores están en el PP, y este partido los ampara", declaró. Tras enumerar de forma exhaustiva los nexos entre ambas partes, Simancas concluyó que todo conduce "al mismo tronco, alarmantemente próximo a la calle Génova", donde está la sede central del PP.

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El candidato dijo que rechaza los votos de estos dos diputados y les exigió que devuelvan su acta: "Quizá eso haría posible que algún día alguien les mire a la cara sin desprecio". Tres cuartas partes del discurso de Simancas estuvieron dedicadas a "explicar a los ciudadanos" la trama que, según su exposición, está detrás de la crisis de la Comunidad de Madrid.

Entre la indignación, algunos gritos y gesticulaciones negativas de diputados del PP, Simancas cumplía con su objetivo. Como no aspira a ser investido, porque se niega a aceptar los votos de los tránsfugas, su mayor interés era utilizar su discurso para dar a conocer los datos de los que dispone y lanzar un ataque al PP. Así que tardó 55 minutos en aludir al carácter formal del discurso -"puesto que esto es un discurso de investidura..."-, y sólo entonces comenzó a desgranar sus propuestas de Gobierno.

El candidato hizo constantes llamadas a regenerar la democracia: "Vivimos la situación más amenazadora de los últimos 20 años para la salud de nuestra democracia (...) No procede de los sables ni de los cañones, sino de los talonarios, pero sus efectos pueden ser igualmente destructivos. Si (...) queda establecida en la conciencia popular la idea de que un resultado electoral puede ser invalidado mediante la compra de voluntades, la democracia representativa en España habrá sufrido un golpe de gravedad incalculable".

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La tesis central de Simancas es que el PP optó desde la misma noche electoral por negarse a asumir la derrota y por el "sectarismo frente al sentido de Estado". Sostuvo que cuando anunció que iba a combatir la especulación, se puso en marcha la idea de que "si gobierna Simancas se acabó el chollo" y, por ello, el "dispositivo para subvertir el resultado electoral". Esa trama contaba dentro del PSOE con dos personas dispuestas a corromperse, pero también necesitaba que "el PP consintiera en recoger el beneficio político de la operación".

Simancas tuvo que interrumpir varias veces su discurso por los aplausos de sus compañeros. Uno de los más intensos se produjo cuando realizó una autocrítica por haber incluido en sus listas a dos "indecentes". Pidió perdón a los ciudadanos y justificó el hecho diciendo que "a veces, en los partidos políticos, el deseo de la máxima integración posible y el afán de evitar conflictos se sobrepone al rigor en la selección. Es un error que en esta ocasión estamos pagando caro".

El candidato no ahorró descalificaciones contra los tránsfugas, quizá para conseguir que no le voten hoy, e insistió en que en ningún caso asumirá la presidencia con su apoyo, a pesar de que "algunos amigos, de buena fe", le han animado a que lo haga. Pero no atenderá el consejo, explicó, porque se lo impide su "conciencia personal y política".

A partir de ahí, insistió en responsabilizar al PP: "Porque si nosotros tenemos mucho que explicar sobre los corruptos, el otro lado de la Cámara tiene mucho que explicar sobre los presuntos corruptores, que están en el PP y son defendidos y amparados por este partido".

En el capítulo de las propuestas para regenerar el sistema democrático después de la crisis, Simancas propuso establecer una normativa para que "una mayoría muy cualificada, de tres quintos o de cuatro quintos incluso, pueda declarar la indignidad" de un diputado, que llevaría aparejada la pérdida del escaño, por "vulneración del mandato entregado por los electores". También propuso hacer pública la declaración de actividades, bienes y rentas de los diputados y sus cónyuges, algo que él ha hecho en días pasados.

En el breve resumen del programa de Gobierno que realizó, el candidato socialista se centró en la política de vivienda, apartado en el que se comprometió a luchar contra la especulación y cambiar la Ley del Suelo para favorecer la vivienda protegida. Prometió construir 50.000 en cuatro años, y otras 100.000 de alquiler. En materia programática, lanzó varios guiños a Izquierda Unida, su teórico socio de Gobierno, a la que agradeció públicamente su "coherencia y firmeza".

Y concluyó avanzando que hoy perderá la votación, en la que necesita mayoría absoluta para conseguir la investidura. "No deseo ganar esta votación", explicó, "sino decirles a los millones de personas decentes que hay en esta comunidad que no vamos a permitir que unos pocos indecentes se salgan con la suya y nos roben la democracia".

Simancas (izquierda) conversa con Fausto Fernández, de IU.
Simancas (izquierda) conversa con Fausto Fernández, de IU.RICARDO GUTIÉRREZ

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