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LA CAPTURA DE SADAM | El juicio del dictador

Bush: "La pena de muerte contra Sadam será decisión de los iraquíes"

Sadam Husein será juzgado públicamente, pero EE UU no ha revelado aún en qué tribunal ni bajo qué fórmulas. El presidente George W. Bush dijo ayer que estos detalles "se determinarán de acuerdo con los iraquíes que sufrieron sus tres décadas de tiranía", pero que está convencido de que el proceso será justo. "Trabajaremos con los iraquíes para desarrollar una forma de juzgarle con el soporte del escrutinio internacional", añadió Bush, que dejó a los iraquíes la posibilidad de una condena a muerte para Sadam y que le envió este mensaje personal: "¡Váyase con viento fresco! El mundo está mejor sin usted, señor Sadam Husein".

Todavía disfrutando del enorme impulso nacional e internacional logrado por la detención del ex presidente iraquí, Bush convocó su última conferencia de prensa del año para decir que Irak está "en el camino de la libertad" y para volver a recordar, como hizo el domingo, que los soldados y civiles en Irak están aún expuestos al riesgo: "Los terroristas siguen siendo peligrosos. El trabajo de la coalición sigue siendo difícil y requerirá más sacrificios".

Bush sube al 58% de popularidad, diez puntos más que hace un mes
La Casa Blanca garantiza que el ex dictador será tratado como un prisionero de guerra
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Las implicaciones de la captura de Sadam

El presidente no despejó todas las preguntas sobre el destino de Sadam. Después de decir que EE UU y los iraquíes -en principio, el actual Consejo de Gobierno, nombrado por Washington- trabajarán juntos para concretarlo, Bush, que ha sido gobernador de Tejas, el Estado en el que hay más ejecuciones, no quiso hablar sobre la eventual pena de muerte para Sadam: "Yo tengo mi propia opinión sobre el asunto. Es un dictador brutal que ha matado a mucha gente, pero mis opiniones ahora no importan, van a depender de los iraquíes estas decisiones", dijo Bush, que añadió después: "Lo que hace falta es que sea un juicio público en el que se expongan todas sus atrocidades y se haga justicia, y yo estoy seguro de que eso es lo que ocurrirá". "Los iraquíes tienen que estar muy involucrados", reiteró el presidente.

Mientras tanto, ¿Sadam es un prisionero de guerra? El presidente no entró en ello, pero su portavoz, Scott McClellan, sin aceptar que formalmente lo es, dijo: "Está siendo tratado de acuerdo con la Convención de Ginebra y con las garantías de un prisionero de guerra". En los interrogatorios, que se llevan a cabo en un lugar secreto, dentro o fuera de Irak, Sadam mantiene una actitud definida como "insolente" por fuentes militares norteamericanas. ¿Hay que descartar alguna negociación con él, por ejemplo, sobre sus arsenales o sobre Bin Laden? Según Bush, "es demasiado pronto para hablar de esto", pero "no confío en él. No creo que vaya a decir la verdad".

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, quiso dejar claro que cualquier tribunal que juzgue a Sadam Husein y a los responsables de su Gobierno "deberá respetar las normas básicas del derecho internacional", informa Isabel Piquer desde Nueva York.

En cuanto a los efectos de la captura en la presencia militar en Irak, Bush dijo que eso depende de la seguridad y que, por el momento, EE UU "mantiene el rumbo hasta completar la tarea" sin un calendario fijado. El presidente destacó que hay 60 países que colaboran de una u otra forma en la coalición y dijo que cualquiera era bienvenido, "porque un Irak libre y próspero interesa a todo el mundo". "Estamos deseando extender esta colaboración a Francia y Alemania", dijo Bush, después de la tensión creada la pasada semana por el número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, miembro del ala más dura del Gobierno, al excluir a esos y otros países de los contratos para la reconstrucción de Irak financiados con dinero de EE UU. "No es una división la que hay entre esos países y nosotros, es un desacuerdo sobre las amenazas a las que nos enfrentamos: para nosotros, los atentados del 11-S cambiaron los términos de la ecuación; ellos no lo vieron así, y yo puedo entenderlo", señaló Bush.

En cuanto a los dividendos políticos de la captura de cara a las elecciones del próximo año, Bush demostró estar ya en plena campaña al negar rotundamente que está en plena campaña. "Mi deber es proteger este país para que sea seguro y próspero. Jamás olvidaré el 11-S, porque sé que puede volver a ocurrir. Ya vendrá el momento del debate político, y estoy deseando explicar a los estadounidenses las decisiones que he tomado", dijo el presidente, que ni siquiera arremetió contra el torpe comentario del demócrata Howard Dean, que ha dicho que no está claro si Bush sabía o no por anticipado los planes de los terroristas el 11-S.

Dean expuso ayer sus ideas sobre política exterior y dijo, con una frialdad que no le ayuda en este momento, que la detención es "una buena noticia". El domingo, varios rivales demócratas con muy pocas posibilidades de arrebatarle el liderazgo de la carrera hacia la nominación le atacaron duramente por haber puesto en duda que Sadam Husein era una amenaza para la seguridad de EE UU.

George W. Bush, durante su conferencia de prensa de ayer en Washington.
George W. Bush, durante su conferencia de prensa de ayer en Washington.EFE

"¡Váyase con viento fresco!"

George W. Bush es, ahora mismo, un presidente feliz. Después de los últimos meses, en los que los errores y las imprevisiones en Irak, además de las bajas, habían hecho mella profunda en su popularidad, la captura de Sadam Husein le da un tremendo balón de oxígeno a diez meses y medio de las elecciones.

Por eso el presidente estuvo ayer suelto, seguro de sí mismo y chistoso. El mayor impacto de la conferencia de prensa en los medios audiovisuales fue, sin duda, su respuesta a la petición de que enviara un mensaje personal al detenido: "¡Váyase con viento fresco! El mundo está mejor sin usted, señor Sadam Husein".

Bush se puso serio al calificar a Sadam. Asesino, brutal, mentiroso, impostor, torturador y tramposo, fueron algunos de los términos empleados por el presidente y para los que se apoyó en un testimonio que acababa de recibir: "Esta mañana, un miembro de la delegación iraquí con la que me he entrevistado me ha dicho: 'Gracias, señor presidente, mi padre fue asesinado por Sadam Husein".

La jovialidad tejana de Bush se puso de manifiesto cuando el presidente contó que su consejera de Seguridad, Condoleezza Rice, le despertó a las cinco de la mañana del domingo para darle la confirmación: "Esta vez estuvo bien, pero no lo vuelvas a hacer", le dijo a Rice, que seguía la intervención presidencial con el resto de los colaboradores de la Casa Blanca.

A un periodista que le preguntó si tiene intención de proponer un nuevo recorte fiscal en 2004, Bush le dijo, entre las risas de sus compañeros: "Francamente, no es una pregunta apropiada para el espíritu navideño que nos rodea". Y en su despedida, aprovechando ese espíritu, recordó que el próximo jueves cena con un grupo de periodistas en la Casa Blanca y le habló directamente a uno de ellos: "¡Este año, Greg, no te lleves ningún cubierto!", dijo el campechano presidente, cerrando así la conferencia de prensa.

Vendrán días malos, pero Bush acaba en alto la temporada. La pasada semana, el índice Dow Jones recuperó los 10.000 puntos; Howard Dean, el hombre que mejor lo tiene para ser el candidato demócrata, es el candidato más antiguerra: aunque ayer celebró la captura de Sadam Husein, tiene en su historial algunas frases sobre el dictador iraquí que el equipo de Bush utilizará en su contra cuando llegue el momento adecuado. En todo caso, en el sondeo de urgencia realizado por The Washington Post y la cadena de televisión ABC, Bush sube al 58% de popularidad por lo que se refiere a Irak, 10 puntos más que hace un mes, y al 57% global, cuatro puntos más que hace una semana. Ocho de cada 10 estadounidenses, según otra encuesta de Gallup para CNN y USA Today, creen que la detención de Sadam ha sido "un logro muy destacado". Un 68%, además, confía ahora en que Osama Bin Laden también será capturado.

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