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ELECCIONES 2004 | FALTAN 14 DÍAS

Rajoy y Zapatero contraponen con dureza su modelo político y económico

Luis R. Aizpeolea

Los principales candidatos de las elecciones del 14-M tuvieron ayer suerte con el calendario y recalaron por tierras mediterráneas, en el caso de Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, y andaluzas, en el de Gaspar Llamazares, alejados, por tanto, del temporal de lluvia y nieve que asola la mitad norte de España. Curiosamente, no hubo referencias en sus mítines al temporal que dejó atrapadas la noche del viernes al sábado en la nieve a varios miles de personas. La jornada de ayer no fue de propuestas sino de ataques. A sólo dos días de iniciada la campaña, Rajoy y Zapatero protagonizaron un duro enfrentamiento en el delicado terreno de los principios políticos y en el económico.

Zapatero: "España tiene el mayor paro, precariedad laboral y siniestrabilidad de la UE"
Llamazares: "IU no quiere gobernar para todos sino para la gran mayoría ciudadana"
Rajoy: "Lo que algunos quieren para España es lo que ya fracasó aquí, en Baleares"
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Rajoy trató de llevar a Zapatero a un terreno muy socorrido en el argumentario del PP y uno de los ejes de su campaña: la "solvencia" de la apuesta popular frente a la "coalición desunida y sin ideas" a "la que tendrá que recurrir el PSOE como alternativa para gobernar". Esta consigna redondeaba la realizada la víspera por Rajoy, en la que presentó a Zapatero como un político "sin convicciones ni principios, dispuesto a todo por ansia de poder". "Ahora sólo quedamos nosotros, porque lo demás es una ensalada de pactos y más pactos", dijo ayer Rajoy.

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Y lo hizo en un lugar propicio para el PP, Baleares, y en una jornada maratoniana que empezó en Mahon, siguió en Ibiza y finalizó en Palma de Mallorca con un mitin masivo. El PP obtuvo en esta plaza, en las anteriores elecciones, cinco diputados frente a dos del PSOE, y en las autonómicas recuperó el Ejecutivo tras cuatro años de Gobierno quintapartito, presidido por el socialista Francesc Antich en alianza con los nacionalistas. "Lo que algunos quieren ahora para España es lo que ya se ensayó aquí, constituyó un fracaso y luego corrigieron todos los vecinos de la isla", dijo Rajoy, acompañado de un íntimo amigo suyo, el presidente balear, Jaume Matas.

Pero Zapatero ya ha achicado ese espacio. Antes de iniciar la campaña anunció, y ahora lo repite, que sólo gobernará si logra más votos que Rajoy porque no quiere ver hipotecado su gobierno por presiones de otros partidos. El viernes, Gaspar Llamazares, reclamaba, una vez más sin éxito, a Zapatero que reconsiderase su posición.

Zapatero pasó ayer a la ofensiva política con un ataque inédito y personalizado en Rajoy. Fue en Valencia, antigua plaza fuerte del PSOE, y en la que en las anteriores elecciones, el PP le aventajó en 9 frente a 6 escaños al Congreso.

El candidato socialista repasó los "desastres del Gobierno del PP", de los que responsabilizó a Rajoy como vicepresidente primero, con un lenguaje muy duro: "El primer principio es no matarás y, por eso estoy contra las guerras ilegales. Mi segundo principio es no mentirás y por eso ataqué la gestión del Gobierno con el Prestige. El tercero es no robarás y yo ya hubiera hecho dimitir al presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra. Y mi cuarto principio es no tolerarás los abusos sexuales a menores, por lo que no me callé con el alcalde de Toques".

"Enfrentamiento directo"

En ámbitos próximos a Zapatero explicaban su dureza en que Rajoy, la víspera, le había ofendido al negarle principios y convicciones. "Ha renunciado a sus convicciones y a sus principios por un poquito de poder", le espetó Rajoy. Pero también hay razones estratégicas en la súbita y dura respuesta de Zapatero y la principal es que el PSOE necesita movilizar a su electorado. "Zapatero quiere polarizar la campaña con un enfrentamiento directo con Rajoy. Si éste le niega un cara a cara en la televisión, lo tendrá en los mítines", dicen en su entorno, donde estiman que esa es la fórmula idónea para reducir la ventaja de la que parte Rajoy.

Pero de esa táctica huye Rajoy como de la peste. En su entorno se mantiene la tesis de rehuir el enfrentamiento directo con Zapatero por una doble razón: a quien parte como ganador no le interesa dar bazas al adversario y, además, está la propia experiencia del hoy candidato del PP, que fue director de la campaña de José María Aznar en las generales de 2.000 y que culminó con el éxito de la mayoría absoluta.

Rajoy no se extendió ayer en la parte del argumentario del PP, que dice que "la coalición" pondría en peligro la unidad de España. Ayer le tocó "alertar" de los "riesgos del desastre económico". Rajoy se presentó como "garante de la prosperidad económica, de los 4 millones de empleos creados" frente a "la coalición, que sería un riesgo para el progreso económico y el bienestar delos españoles" por "sus políticas ridículas e ideologías trasnochadas". "Me pone los pelos de punta pensar en la política económica que podría hacer un gobierno similar al que ha gobernado Baleares en los últimos años", dijo.

Pero Zapatero también entró en el cuerpo a cuerpo del debate económico y en Valencia dirigió un fuerte ataque al modelo económico del PP. Echó mano del argumentario del PSOE y denunció que España tiene la tasa de paro más alta de la UE, un 11,20%; la tasa de paro femenino, 15,56%, duplica la masculina y la juvenil, el 23,73%, se triplica.

El argumentario denuncia también que uno de cada diez contratos de trabajo es indefinido; la tasa de precariedad en el empleo es del 30,68% frente al 13% de la UE; los nuevos contratos cuentan con un salario 37% inferior a los antiguos y la siniestralidad laboral es el doble que la de la UE, con un aumento del 38% desde que gobierna el PP.

Gaspar Llamazares, candidato de IU, se desmarcó del PSOE al señalar que su intención "no es gobernar para todos sino para las grandes mayorías que necesitan la política y la democracia".

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