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EE UU presenta la primera demanda contra China ante la OMC

Estados Unidos acaba de postularse como el primer país en lanzar un litigio comercial contra China en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), cuando apenas han pasado dos años de su adhesión a finales de 2001. Washington considera que Pekín está concediendo incentivos fiscales ilegales a favor de los fabricantes de semiconductores de su país y le acusa de discriminar con sus reglas a estos productos de alta tecnología importados, especialmente procedentes de EE UU.

El tratamiento fiscal que se aplica en China a los microchips es evidente en función de la procedencia, según se desprende de la denuncia de EE UU. A estos productos se les aplica un impuesto del 17% sobre el valor de venta. Pero a los semiconductores diseñados y fabricados en China se les aplica un reembolso inmediato del 80% de la tasa, que rebaja el impuesto total al 3%, mientras que los microchips que se producen fueran del país no pueden acogerse a este beneficio fiscal. La Administración de Bush considera que este régimen crea una desventaja competitiva en el mercado chino.

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Se calcula que el mercado de los semiconductores en China supera los 20.000 millones de dólares en ventas. EE UU exportó hacia ese mercado microchips por valor de 2.020 millones de dólares en 2003. Para el representante de Comercio, Robert Zoellick, "los fabricantes estadounidenses tienen el derecho de competir en igualdad de condiciones con las empresas chinas". Por eso, se insiste, que como socio de la OMC, "no puede imponer medidas discriminatorias" contra los productos tecnológicos importados.

Respetar las reglas

En boca de Zoellick, la Administración de Bush recuerda a Pekín que desde finales de 2001 es miembro de esta organización y que como tal "debe respetar sus obligaciones". La semana pasada ante el Senado, Robert Zoellick ya se mostró confiado en sacar adelante este caso ante la OMC porque dijo que el sistema fiscal chino representa "una clara violación de las reglas de la OMC" al utilizar la política fiscal "a favor de los productores domésticos".

Hasta ahora, EE UU y el resto de los socios del club habían concedido un periodo de gracia a China para que se ajustara a las reglas que rigen el comercio internacional y eliminara los regímenes considerados desleales o ilegales. La Casa Blanca está sometida a una fuerte presión política para que actúe contra las prácticas comerciales desleales chinas. En este sentido, el candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, está acusando al presidente George Bush de no actuar con agresividad para conseguir que Pekín se ajuste a las reglas de la OMC.

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