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LA LUCHA CONTRA EL PALUDISMO

Un ensayo dirigido por un médico español logra un avance crucial contra la malaria

La vacuna experimental evita los episodios más graves de la enfermedad en el 58% de los niños

Un equipo científico dirigido por un médico español ha ensayado una vacuna experimental que evita el 58% de los episodios más graves de malaria en los niños menores de cuatro años. Los resultados del estudio representan "un hito", según sus autores, "un antes y un después" en la lucha contra la enfermedad que más niños mata en el mundo, la gran mayoría de ellos en África. La directora de investigación en vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Marie Paule Kieny, afirmó ayer que "los resultados indican que es posible conseguir una vacuna eficaz contra la malaria que potencialmente puede salvar la vida a millones de niños". Para la OMS, el trabajo es "prometedor e importante". "Es la primera demostración de que una vacuna tiene eficacia contra la forma más grave de malaria en niños", dijo Kieny.

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"Estos resultados ponen fin al debate de si es factible o no crear una vacuna que protege contra la malaria", declaró ayer Pedro Alonso, el médico que dirigió el ensayo. "Lo que ahora podemos afirmar con una contundencia que antes no hubiera sido posible es que sí, efectivamente, es factible". Quedan más ensayos por delante pero, "si las cosas siguen por buen camino", según Alonso, la vacuna, que ahora mismo aún está en fase experimental, se podría empezar a administrar "a gran escala de aquí a cinco años".

Dado que mueren entre uno y tres millones de niños al año de malaria, y que hoy se considera probable que la vacuna final tenga más de un 50% de eficacia, las consecuencias del trabajo de investigación que se ha hecho prometen tener un impacto benéfico en la salud pública, y a su vez en las condiciones económicas, del continente africano.

Los resultados del ensayo, llevado a cabo con más de 2.000 niños de entre uno y cuatro años en una clínica en Mozambique financiada por la cooperación española, se presentan mañana en The Lancet. El artículo, escrito por Alonso, lo firman 24 científicos que participaron en la investigación. Las instituciones que participaron en ella fueron el hospital Clínico de Barcelona, donde Alonso ejerce de director del centro de salud internacional; el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique) que dirige Alonso y financia el Gobierno español; la empresa farmacéutica multinacional Glaxo SmithKline (GSK), que lleva 20 años trabajando en el desarrollo de esta vacuna; y la Fundación Bill and Melinda Gates, cuyo dinero, canalizado en gran medida a través de un organismo llamado la Malaria Vaccine Initiative, ha sido imprescindible.

Representantes de estos grupos, una fusión sin precedentes de los sectores públicos y privados a nivel internacional, participaron ayer en una teleconferencia desde Londres en la que estuvieron presentes periodistas de todo el mundo. El primero en hablar fue Alonso, que anunció las cifras obtenidas en el ensayo. El dato más significativo fue que la vacuna evitó el 58% de los episodios graves de malaria, manifestaciones de la enfermedad que amenazan la vida de los niños. Incluso más esperanzador, porque indica que cuanto más pequeño es el niño más eficaz es la vacuna, la eficacia de la vacuna contra los episodios graves asciende al 77% en los niños de menos de dos años. En general, la vacuna evitó los episodios de malaria (graves o leves) el 30% de los niños. Anualmente se dan unos 300 millones de casos de malaria en el mundo.

"Se ha marcado un hito importante en la batalla de la humanidad contra la malaria", declaró Jean Stephenne, presidente de GSK Biologicals, en la teleconferencia de ayer. "La vacuna demuestra que sí podemos proteger a los niños de esta devastadora enfermedad, la principal causa de muerte para los niños africanos. Estamos comprometidos a avanzar lo más rápido posible en la próxima fase del ensayo; y estamos también comprometidos a que, el día en que la vacuna se pueda administrar, los precios serán razonables y asequibles para la gente que más la necesite".

Melinda Moree, directora de la Malaria Vaccine Initiative, afirmó que los resultados del ensayo marcaban un "antes y un después" al demostrar que una vacuna podía reducir la malaria. "Estos resultados nos dan a todos la esperanza de que una vacuna está a nuestro alcance", dijo Moree.

"Aquella cifra del 77% para los niños más pequeños es algo que nos tiene realmente emocionados", declaró a su vez Regina Rabinovich, doctora especialista en enfermedades infecciosas de la Fundación Bill y Melinda Gates. "El ensayo en su totalidad marca un hito porque antes del ensayo sólo había atisbos, sugerencias de que podía existir una vacuna factible contra la malaria. No teníamos pruebas serias de que realmente podría funcionar. Ahora tenemos pruebas irrefutables de que sí ha funcionado una vacuna. Hemos entrado en una nueva fase y hemos cogido velocidad como nunca anteriormente. Aunque todavía se necesitan muchos más recursos, mucha más inversión, para finalizar el trabajo".

Ripley Ballou, el científico principal de GSK en los trabajos de desarrollo de la vacuna, señaló que, aunque ha habido varios intentos anteriores de crear una vacuna contra la malaria, muy pocos habían llegado a la fase de ensayos clínicos, y menos todavía con la participación activa de niños en áreas donde la malaria es endémica. "Y sólo ha habido una vacuna que ha tenido un cierto impacto sobre el avance de la malaria, pero incluso en ese caso los resultados han sido marginales", dijo Ballou. "En cambio, este estudio ha dado resultados muy robustos en cuanto a la protección contra la malaria clínica y -lo cual es realmente lo más importante- en el caso de la protección contra la malaria grave, la que mata a tantos niños en África. Los resultados han sido excepcionales. Ninguna otra vacuna contra la malaria nunca demostró resultados como éstos".

Las seis claves de una tragedia

- La vacuna va dirigida contra el agente causal del tipo más grave de malaria, el Plasmodium falciparum,

un parásito unicelular que penetra en el flujo sanguíneo humano a través de la picadura de un mosquito, Anopheles

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- La malaria amenaza actualmente al 40% de la población mundial, sobre todo en los países más pobres del planeta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 300 millones de personas sufren un episodio agudo de malaria cada año, y mueren al menos un millón, casi todos niños del África subsahariana.

- Junto al sida y la tuberculosis, la malaria es uno de los principales frenos al desarrollo de muchos países africanos. Según la OMS, La malaria es la principal causa de muerte antes de los cinco años (20%), y da cuenta del 40% del gasto sanitario de los países afectados, del 40% de los ingresos hospitalarios y de casi la mitad de las consultas externas en los centros sanitarios.

- Los síntomas aparecen entre 9 y 14 días después de la picadura del mosquito, e incluyen fiebre, dolor de cabeza y vómitos. En ausencia de tratamiento, la infección progresa con rapidez, y puede causar la muerte al destruir los glóbulos rojos de la sangre, o también generando coágulos en el cerebro y otros órganos vitales.

- Las terapias actuales contra la malaria siguen siendo imprescindibles, y los expertos coinciden en subrayar la necesidad de diseñar nuevos fármacos, ya que el plasmodio tiene una gran variabilidad y se hace con facilidad resistente a los tratamientos. Los medicamentos derivados de la planta china

Artemisa annua

(artemisina, artesunato) se han mostrado muy útiles. En virtud de un acuerdo entre la OMS y la industria farmacéutica, el tratamiento con artesunato cuesta cerca de un dólar por niño en los países en que la malaria es endémica.

- Las telas mosquiteras, colocadas en la cama y tratadas con insecticidas, reducen la mortalidad infantil (por malaria y otras causas) en un 20%. Es una medida barata en relación a su eficacia. Una red y el insecticida para un año cuestan menos de dos dólares al año.

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