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Reportaje:LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA | La importancia de la religión

Votar en nombre de Dios

Tres de cada cuatro estadounidenses creen que el presidente debe tener "fuertes sentimientos religiosos"

"Entraré por su puerta dando las gracias, elevaré una canción que es una plegaria, bendeciré su santo nombre".

En las pantallas gigantes del auditorio de la iglesia baptista de Prestonwood, capaz para albergar a 7.000 fieles, se reproducen los textos de las canciones interpretadas por el coro de 200 personas, la orquesta y 10 solistas. Después de Entraré por su puerta suena Poderosa fortaleza es nuestro Dios. Ya están sentados casi todos los que asisten al servicio de las once de la mañana de un domingo de una de las congregaciones más grandes de Plano, al norte de Dallas, en Tejas.

En las pantallas aparecen las imágenes de los bautismos de la semana: los fieles aplauden a Donna Kennedy, J. P. Miller y Desiree Watkin. Los tres hacen una inmersión en cámara lenta y con música, con sus túnicas blancas, en la piscina de Prestonwood, que, con sus 23.000 miembros, es una de las congregaciones más dinámicas de la Convención de Baptistas del Sur, fundada en 1845 y compuesta por 45.000 iglesias y 16 millones de fieles.

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El pastor Jack Graham da la bienvenida e invita a un grupo de niños al escenario. Les regala una Biblia y les invita a cantar Jesús me ama. Después, y a los toques de Bendeciré al señor siempre, pasan las bandejas de las ofrendas y arranca el sermón. El argumento de El Dios que nunca cambia es sencillo: todos cambiamos, pero Dios, no. Hay cambios, "después del 11-S, que obligan a buscar mayor seguridad". Los candidatos -primera referencia electoral- se esfuerzan por aparecer como garantes de esa seguridad, "y nosotros necesitamos saber que estamos en manos seguras".

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Un complejo de imagen y sonido de 1,2 millones de dólares (consola de mezclas de 60 canales, cinco cámaras y un estudio de grabación) garantiza la retransmisión a través de la red baptista de radio y televisión. En el auditorio, y ante 2.000 fieles -la mayoría, blancos-, el pastor entra en harina: todo cambia y, sin embargo, el mensaje de Dios es inmutable. "Hebreos, 13, 8: Jesús es el mismo, ayer, hoy y mañana". Para animar, habla de sus estratagemas juveniles para conquistar a la novia y dice que él también repetía mucho el latiguillo del demócrata Kerry: "Tengo un plan".

Superada la distensión, el pastor continúa: "Dios no es más tolerante hoy con el pecado que antes. (...) Algunos dicen que hay que abrirse a los cambios culturales, hay incluso quien afirma que Dios es más tolerante con los homosexuales". Y Graham habla del tercer debate presidencial: "Cuando el moderador preguntó si la homosexualidad es una opción, el presidente Bush le contestó: 'No lo sé'; y eso es, más o menos, lo que dice la ciencia", afirma el pastor. "En cambio, Kerry dijo que no es una opción, que la gente nace así. Bueno, yo aprecio la respuesta del presidente y creo que es reveladora la respuesta del senador, pero es igual. La pregunta es para Dios, y Él ya la ha contestado: es una opción con consecuencias, es una abominación recogida en las escrituras. Cualquier otra opinión es una receta para el desastre". Amén, se escucha en varios lugares de la iglesia.

Y para el que no haya sido capaz de establecer paralelismos, una pequeña ayuda: "Es bueno saber que tenemos un Dios que no es un flip-flopper politician

[un político veleta, la acusación republicana contra el candidato demócrata]. El pastor sonríe ante las risas que ha causado: "Y ya sabéis de qué estoy hablando".

En la recta final, ni una broma: "Dios es inmutable en sus palabras, en sus actos, en sus promesas. El cambio está en nuestras vidas, no en Dios. ¡Jesús va a venir de nuevo!

[Amén, se escucha otra vez]. Y no habrá una segunda oportunidad: si se rechaza a Dios, estará sellado nuestro destino en el infierno. No habrá una segunda oportunidad".

Ni siquiera el himno final -Señor, en ti confío, en ti creo y siempre creeré- reconforta tras las duras palabras del pastor, que se relaja para recordar que están a la venta las entradas para el festival de Navidad (Chris Machen en el papel de Pedro, 13 representaciones, precios entre 12 y 25 dólares). Los fieles abandonan el auditorio para salir al día luminoso del otoño de Tejas y a la serenidad que inspira la moderna iglesia de Prestonwood, sus jardines y los inmensos aparcamientos.

¿La religión y la política van muy de la mano, según acabamos de escuchar? "Absolutamente", dice Andy, de 36 años. "Claro", dice Patty, de 34. Y el presidente, ¿debe tener sentimientos religiosos? Sí, opina Andy: "Yo prefiero tener un presidente con valores cristianos, como el actual. Y ésa es una de las razones por las que le apoyo; puede no acertar en todo, pero cree en esos valores". ¿Valen esos valores para inspirar todas las acciones de un Gobierno? "No. Hay asuntos políticos y económicos, como el seguro médico, el empleo... que son debatibles. Pero en otras áreas sí hay que tomar una posición, como el aborto, el matrimonio entre homosexuales", dice Andy. Patty continúa: "Porque esos asuntos, que son importantes, están en la Biblia. El seguro médico es también importante, pero no está en la Biblia, no hay nada allí que diga cómo debe ser, y sí hay pasajes bíblicos que dicen que la homosexualidad no es buena".

¿En esta iglesia hay más votantes de Bush que de Kerry? La pregunta es ociosa: "Absolutamente", según Andy. "Yo no tengo ningún amigo ni conozco a nadie que vaya a votar por Kerry. Él no está orientado hacia los puntos de vista cristianos. Se alinea con gente contraria a esos valores, gente de Hollywood y así... Yo no le juzgo ni le digo con quién tiene que ir y con quién no, lo único que digo es que se rodea de ese tipo de personas".

Clark y Linda es la primera vez que vienen a Prestonwood. Naturalmente que el 2 de noviembre tendrán en cuenta, entre otros, factores religiosos. "¿Ocurre así en su país? ¿Ah, menos?". No todas las iglesias son tan militantes, explican. "En otras es diferente. Este pastor ha hecho comentarios bastante claros, pero puede ir usted a otra iglesia de aquí al lado y no encontrar nada de esto. Nosotros estamos aún buscando una que nos guste, y nos hacemos las preguntas que usted nos hace...".

A Lisa, de 38 años, le parece que la religión juega un papel relevante. "Definitivamente. Tus creencias religiosas definen lo que eres y qué decisiones tomas, son parte de nuestra red de apoyo, de lo que somos". Su amiga Tammy, mayor, pero más coqueta, se ha encontrado a gusto con lo que ha oído: "Lo que dijo el pastor era cierto, Kerry no tiene principios básicos... No me entusiasma ninguno de los dos candidatos, pero votaré por Bush". Lisa, aún indecisa sobre su voto, explica: "No es que aquí sean muy conservadores o poco, es que son Baptistas del Sur, y se guían por sus tradiciones y convicciones. Esta iglesia es menos conservadora que otras".

John Kerry, rodeado del coro, se dirige a los fieles de la Iglesia Baptista del Monte Sión en Cleveland (Ohio).
John Kerry, rodeado del coro, se dirige a los fieles de la Iglesia Baptista del Monte Sión en Cleveland (Ohio).REUTERS

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