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La política antiterrorista

Posiciones irreconciliables

La moción presentada por el PP y las dos enmiendas que el PSOE e IU propusieron como alternativa a los populares muestran sus posiciones, ahora irreconciliables, en la lucha antiterrorista y el apoyo a las víctimas.

El PP pretendía el respaldo del decálogo que Pagazaurtundua llevó a La Moncloa y que se resume en estas ideas: "Al terrorismo se le derrota"; "Los terroristas no son interlocutores" y "Tiene que haber vencedores y vencidos".

La enmienda alternativa del PSOE, que no llegó a votarse porque la rechazó el PP, arrancaba con la petición de que el Congreso "continúe desarrollando los principios, valores y propuestas recogidos en el Manifiesto de Clausura del Congreso de Víctimas" celebrado en Valencia.

El PSOE subrayaba que el terrorismo "no obtendrá jamás ningún precio político", y que "corresponde al Gobierno dirigir la política antiterrorista con el fin de lograr la desaparición definitiva de la violencia". Y pedía el Grupo Socialista que el Gobierno siga apoyando a las víctimas.

La enmienda de IU defendía la resolución aprobada el 19 de mayo del pasado año que "emplazaba a ETA a su disolución y al abandono definitivo de las armas" para "la apertura de un proceso de paz".

En el debate, Gaspar Llamazares recordó que el 10 de noviembre de 1998, poco después de que ETA declarara su tregua, el Congreso aprobó por unanimidad instar al Gobierno a "que desarrolle una orientación consensuada, dinámica y flexible de la política penitenciaria". Éste fue el preludio del acercamiento que hubo de etarras a cárceles vascas.

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