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Muerte del ex dictador serbio

El tribunal investiga quién suministró en prisión a Milosevic fármacos no recetados

Un toxicólogo sugiere que el preso trataba de agravar su salud para lograr el traslado a Rusia

Isabel Ferrer

La investigación ordenada por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) incluye saber quién suministró el antibiótico rifampicina a Slobodan Milosevic. Prescrita contra la tuberculosis, la medicina tiene como efecto secundario la anulación de la efectividad del tratamiento contra la hipertensión que padecía el ex presidente serbio y yugoslavo. Donald Uges, el toxicólogo holandés que la observó en su sangre dos semanas antes del infarto que le causó la muerte, no descarta un suicidio o un intento de agravar su estado de salud para lograr el traslado a Rusia.

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A la espera del informe toxicológico, la mayor incógnita radica en saber cómo un preso tan importante como Milosevic pudo obtener una medicina no autorizada por los médicos en una prisión de alta seguridad de la ONU. Que ex presidente serbio seguía de manera errática el tratamiento para controlar su presión arterial no era una noticia nueva. En 2004 se le hicieron análisis de sangre para averiguar por qué no le hacía efecto la medicación prescrita por los especialistas holandeses. Entonces se llegó a la conclusión de que no tomaba bien las pastillas para bajar la tensión. A Geoffrey Nice, uno de los fiscales del TPIY, nunca creyó que fuera un descuido, sino que obedecía a una táctica "para retrasar o hacer descarrilar el juicio" (por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad) que se seguía contra él.

Si la rifampicina no fue recetada por los médicos holandeses, alguien tuvo que hacérsela llegar a Milosevic desde el exterior. Fuentes del tribunal señalaron anoche que la identidad y pertenencias de las visitas recibidas por el antiguo presidente yugoslavo eran revisadas a fondo. Sin embargo, no siempre había guardianes cuando se reunía con sus asesores legales en la oficina que utilizaba junto a su celda. Las dudas no apuntan hacia nadie en concreto por ahora. Portavoces del TPIY han recordado que es pronto para establecer las causas del infarto de miocardio que le mató el sábado.

Donald Uges, toxicólogo clínico y forense del hospital universitario de la ciudad holandesa de Groningen, ha ido algo más lejos. Fue el encargado de efectuar un contraanálisis para ratificar la presencia en la sangre de Milosevic de una sustancia ajena a las recetadas para la hipertensión. Una vez hallada, calificó de "muy refinada" la situación. "Ha tenido que tener un consejero médico que pensó que no quedarían trazas del producto extraño. Es posible que lo tomara para obtener un billete de ida a Moscú", declaró ayer.

Tampoco descartó un posible suicidio. "Si dejas de tomar la medicina para la tuberculosis y luego tomas una dosis doblada para la hipertensión, puede producirse un infarto". Los resultados preliminares de la autopsia, efectuada por forenses holandeses y observada por dos patólogos serbios, constataron "un infarto clásico de miocardio con dos problemas añadidos de corazón". Otra posible explicación menos compleja.

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El primer análisis de la sangre del ex presidente serbio lo hizo Daan Tour, farmacéutico jefe de La Haya, a instancias de su propio médico de cabecera. A Uges le llegó una muestra con una conclusión preliminar de su colega. O bien no tomaba las medicinas prescritas, o ingería otras que anulaban el efecto de las adecuadas. Sólo después del trabajo supo que se trataba de Milosevic. Fuentes de La Sociedad Farmacéutica holandesa recuerdan que la tuberculosis en una enfermedad mundial y la rifampicina un medicamento conocido. Es también el único de su clase desaconsejado para los hipertensos que tomen ya una medicación específica. "En las cárceles suelen entrar drogas. Otra cosa es pase algo así en un centro penitenciario de Naciones Unidas".

El reparto de responsabilidades sobre el centro penitenciario del TPIY en La Haya fue también ayer objeto de discusión. Naciones Unidas alquila al Ministerio de Justicia holandés una serie de celdas en la cárcel de Scheveningen, el barrio costero de la ciudad. Allí permanecen los acusados de crímenes en los Balcanes durante sus respectivos procesos. Una vez dictada sentencia son trasladados a otros lugares para cumplirla. La ONU se ocupa del bienestar de sus internos. Ante una vulneración de los derechos humanos, Holanda sería responsable al haber ocurrido en su territorio nacional.

El toxicólogo clínico y forense Donald Uges, ayer en su despacho del hospital universitario de Groningen (Holanda).
El toxicólogo clínico y forense Donald Uges, ayer en su despacho del hospital universitario de Groningen (Holanda).EFE

MISTERIOS DE UNA MUERTE

- Milosevic tomaba una medicina contra la tuberculosis que anula los efectos de un tratamiento contra la hipertensión

- Un toxicólogo holandés sugiere que alguien con conocimientos médicos debió de recomendársela de espaldas al tribunal

- Un fiscal del TPIY cree que el ex líder serbio utilizaba sus dolencias para hacer fracasar el juicio en La Haya

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