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El futuro de Euskadi

Los obispos creen insuficiente el alto el fuego y piden a la banda que se disuelva

"Nos alegramos de que los terroristas hagan pública su voluntad de no matar, de no extorsionar y de no seguir, suponemos, ejercitando las demás acciones terroristas. Qué menos. Pero nos parece poco. ETA debería anunciar su disolución y su desaparición. Es lo que esperan los ciudadanos de bien".

Ésta fue la reacción de la Conferencia Episcopal una hora después de conocerse el comunicado de la banda terrorista. Su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, recibió la noticia del "alto el fuego" cuando presentaba una nueva edición de la Guía de la Iglesia católica española. No quiso hacer declaraciones en ese momento. "Si hay algo que decir, lo diremos más tarde", declaró al dejar la sala de prensa. Tres cuartos de hora más tarde regresó para expresar de palabra "la opinión" episcopal, sin derecho a preguntas, como si aún escociera en la Conferencia Episcopal un pasado de malentendidos entre la Iglesia católica y los Gobiernos de turno a causa del terrorismo o el independentismo vascos.

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El último incidente se produjo en 2002, tras la oposición de los cuatro prelados vascos a la ilegalización de Batasuna, mediante una pastoral que el ex presidente José María Aznar tachó de inmoral. La Conferencia Episcopal, alarmada por las reacciones -el Gobierno llamó entonces a consultas al nuncio del Vaticano en Madrid-, publicó poco después una enérgica "instrucción pastoral" aclaratoria, inspirada por el arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián.

Alivio del episcopado vasco

Ayer, los obispos vascos manifestaron haber recibido "con verdadera esperanza" el anuncio de ETA. En un comunicado conjunto, el prelado de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez; el de San Sebastián, Juan María Uriarte; el de Vitoria, Miguel Asurmendi, y el obispo auxiliar de Bilbao, Carmelo Echenagusía, dijeron que, si el anuncio etarra supone una renuncia definitiva a la violencia, sienten "una sensación de alivio y una expectativa de que éste pueda ser un paso importante en el camino hacia una plena pacificación y reconciliación".

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El resto del episcopado se muestra menos optimista. Su portavoz citó ayer en Madrid, muy solemnemente, la "instrucción pastoral" de 2002 en la que los obispos dicen que "pretender unilateralmente alterar [la Constitu-ción] en función de una determinada voluntad de poder, local o de cualquier otro tipo, es inadmisible".

Además, la Conferencia Episcopal excluye a ETA como interlocutor. Dice: "ETA no puede ser considerada como interlocutor de un Estado legítimo, ni representa políticamente a nadie. ETA no puede poner precio al respeto a los derechos fundamentales de las personas ni al funcionamiento de las instituciones democráticas".

Martínez Camino concluyó su declaración reiterando "la solidaridad de la Iglesia con todas las víctimas del terrorismo".

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