_
_
_
_
_
Reportaje:

Los testimonios del horror en Kurdistán

Cuatro víctimas relatan ante el tribunal que juzga a Sadam Husein los bombardeos químicos sobre el norte de Irak

El Tribunal Penal Supremo de Irak decidió ayer posponer al 11 de septiembre el juicio contra el ex presidente Sadam Husein y seis altos cargos de su régimen por genocidio contra el pueblo kurdo durante la campaña Al Anfal (El botín de guerra), que fue llevada a cabo por las fuerzas armadas del régimen entre 1987 y 1988. Cuatro testigos dieron ayer testimonio del horror que vivieron (sus declaraciones son reproducidas abajo) y cómo se quedaron sin visión y con la piel pelada tras los bombardeos químicos de los pueblos donde vivían con sus familias.

La fiscalía ha elevado a 182.000 las víctimas de aquella campaña de represión, una matanza de civiles que fue seguida del desplazamiento de cientos de miles de campesinos kurdos hacia las desoladas montañas del noroeste de Irak. Ni los árboles se libraron de la represión de Sadam Husein, que arrancó hasta los bosques para impedir las emboscadas de los guerrilleros nacionalistas kurdos que luchaban contra él.

Más información
"Yo sólo gritaba. La piel de mi hijo y la mía se habían vuelto negras"
"Mis familiares desaparecieron después de que nos separaran"
"Mis hijos y yo empezamos a vomitar y luego perdimos la vista"
"La gente se lavaba la cara con leche para mitigar el dolor que sufría"

La matanza en la localidad de Halabja, situada al pie de las montañas que se extienden hasta Irán, fue especialmente cruel. Allí, más de 5.000 personas murieron bajo las bombas de gas mostaza y gas sarín lanzadas por la aviación de Sadam Husein el 16 de marzo de 1988. Aún se conservan en la población como recuerdo de la tragedia los restos de las bombas para mostrarlas a los visitantes.

Salvo en Halabja, apenas quedan monumentos que recuerden la campaña de exterminio sistemático conocida como Al Anfal, pero sí quedan decenas de miles de viudas y huérfanos lisiados, como los testigos que comparecieron ayer ante el tribunal, que son la memoria viva de la matanza vivida hace apenas dos décadas en el Kurdistán iraquí.

En la sesión de ayer del juicio, y poco después de su apertura, el presidente del tribunal, el chií Abdala Al Ameri, comenzó a escuchar los desgarradores testimonios de tres mujeres y un ex peshmerga (guerrillero) kurdos sobre la operación Al Anfal.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El ex dictador Sadam Husein y los otros seis antiguos dirigentes del régimen iraquí que comparecen ante el tribunal, están acusados de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad por la citada operación de exterminio.

En la segunda sesión, celebrada el martes, el antiguo ministro de Defensa Sultan Hashim Ahmed, que era comandante del regimiento que combatió en el Kurdistán durante la operación, negó que hubiera atacado al pueblo kurdo, y añadió que su misión era repeler los ataques de Irán en la región durante la guerra irano-iraquí de 1980 a 1988.

También Saber Abdul Aziz, ex jefe de los servicios de Inteligencia militar, consideró "no culpables" a todos los acusados, incluido Sadam, al afirmar que "estuvimos defendiendo al país" contra Irán.

Sadam Husein y otros siete de sus antiguos colaboradores fueron asimismo sometidos a un primer juicio, iniciado en octubre del año pasado, en relación con la matanza de 148 chiíes tras un supuesto intento de asesinado contra el ex dictador en la aldea Al Duyail en 1982, y cuya sentencia se espera para el próximo mes de octubre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_