Los populares evitan aplicar el pacto contra el transfuguismo
El debate urbanístico que subyace a la moción de censura en Pilar de la Horadada (Alicante) no ha logrado dejar en segundo plano otra cuestión de relieve: pactar con tránsfugas para alcanzar el poder. La iniciativa, en un municipio de Alicante limítrofe con Murcia de unos 20.000 habitantes, se adopta a tan sólo cinco meses de las próximas elecciones municipales y se presenta contra un gobierno que salió fuerte de las urnas, con nueve concejales socialistas, seis del PP y dos ediles de una agrupación independiente.
Sin embargo, las direcciones regional y provincial del PP en ningún momento han cuestionado que José Fidel Ros, portavoz municipal del PP en Pilar de la Horadada (Alicante), pacte con dos concejales tránsfugas del PSOE, Josefa Meroño y Juan José Ortiz, para desbancar a un alcalde elegido por mayoría absoluta. Los altos cargos del PP han esquivado durante los últimos días a los medios de comunicación y han olvidado el contenido del pacto antitransfuguismo que sellaron con el PSOE en la anterior legislatura.
La única mediación de los dirigentes del PP en Alicante, y en concreto del presidente provincial, José Joaquín Ripoll, se centró en intentar paralizar la aprobación del proyecto urbanístico del PAI de Lo Romero y aplazar hasta después de las elecciones la construcción de 5.200 viviendas.
Las ausencias de representantes de la cúpula del Partido Popular en el pleno de ayer fueron significativas. La diputada nacional Macarena Montesinos, responsable electoral del PP en la ejecutiva provincial, y Carlos Mazón fueron los únicos cargos orgánicos relevantes que estuvieron presentes en el debate de la moción de censura.
"Sin legitimidad"
Los socialistas criticaron con dureza esta actuación. El portavoz territorial del PSPV-PSOE en Alicante, Carlos González, lamentó que el nuevo gobierno de Pilar de la Horadada "carezca de legitimidad tanto ética como política". González, acompañado por el también diputado nacional del PSOE Agustín Jiménez, criticó que el PP "ha conseguido esta alcaldía en los despachos y no en las urnas". Jiménez consideró que "el PP debería expulsar a todos sus concejales de este pueblo, pues de lo contrario incumplirá el pacto contra transfuguismo que firmaron todos los partidos políticos".
El secretario local del PSPV, José Pérez, tuvo en el pleno una dura intervención en la que habló de "traición" y de "motivos inconfesables" detrás de la moción de censura. "Es una alianza antinatural con intereses urbanísticos", dijo el portavoz socialista, que lamentó que el nuevo alcalde haya sido elegido "por tránsfugas y no por el pueblo en las urnas". El socialista vaticinó: "En mayo de 2007 las urnas pondrán fin a esto".
