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Confesión en Guantánamo

Proceso a puerta cerrada sin defensa

Desde que fueron capturados, Jalid Sheij Mohamed y los otros 13 detenidos trasladados a Guantánamo en septiembre han permanecido al margen de las mínimas garantías del Estado de derecho.

Durante meses o años, ignorando la convención de Ginebra, permanecieron en cárceles secretas de la CIA, sin derecho al hábeas corpus (poder recurrir su detención, uno de los pilares del Estado de derecho). Las principales organizaciones de derechos humanos consideran que han sido torturados, lo que deja una profunda sombra de duda sobre la veracidad de sus testimonios. Las declaraciones se han producido ante un panel de tres jueces militares, pero no para determinar si son culpables o inocentes, sino que serán utilizadas para decidir su futuro estatuto. Las audiencias se celebran a puerta cerrada y sin abogados defensores.

"La confesión de Jalid Sheij Mohamed no se realizó ante un tribunal, sino en paneles secretos sin abogados", ha denunciado Amnistía Internacional. "Antes de llegar a Guantánamo, fue mantenido en prisiones secretas de la CIA y asegura haber sido torturado".

"El hecho de que haya pasajes censurados en la transcripción de las declaraciones no parece responder a una exigencia legítima de seguridad, sino al deseo de evitar problemas a los responsables del Gobierno y esconder la utilización de técnicas de interrogatorio ilegales", señaló a la agencia France Presse James Jaffer, abogado de la Unión Americana de Derechos Civiles.

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