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Reportaje:

El fin de la magia

Coger un avión en Canarias o Valencia. Quedar en el andén 9 y 3/4 de la estación de King's Cross. Y celebrar en Londres la salida del último libro de Harry Potter. Así fue el día de ayer para los más fanáticos del joven mago

Francesco Manetto

Mide unos 30 centímetros, cuesta 18,99 libras y custodia decenas de hechizos. Y es que también la magia tiene sus reglas. Ayer lo demostraron miles de incondicionales del mago más famoso de la literatura contemporánea, que acudieron a Londres para presenciar en carne viva, con disfraz e ilusión, el lanzamiento de la séptima entrega de Harry Potter: Harry Potter and The Deathly Hallow. En Estados Unidos ya circulaban para entonces algunos ejemplares del libro y, además, las últimas hazañas del alumno del colegio de magia Hogwarts se podían leer -se pueden leer- en más de 60 idiomas y en 200 países del mundo. Pero eso no les importó. Para ellos, las reglas son reglas. Y para cumplirlas, Alex Vivaud, Marcos Doubtfire y decenas de españoles más cogieron el avión en Barcelona, Madrid, Canarias...

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Ayer a las seis de la tarde, Vivaud, estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones de 21 años, procedente de Hospitalet de Llobregat, esperaba pacientemente en un lugar muy especial para que los transeúntes le vieran y los demás seguidores españoles con los que había quedado a través de la página web que administra (www.mundopotter.com) le reconocieran. Y es que este joven catalán esperaba en el andén 9 y 3/4 de la estación de trenes de King's Cross. Un lugar que en realidad no existe [sólo es un punto de la estación cercano a los andenes 9 y 10] y que, sin embargo, en la ficción es el punto del que sale el expreso de Hogwarts.

Li, empleado de la estación, colocó junto a sus compañeros un cartel con el número 9 3/4 para que los seguidores de Harry Potter pudieran fotografiarse junto a él. Pero eso fue hace unos años: "hoy habrá mucho más que fotos", advierte. "Esta noche se espera una gran fiesta".

"He podido leer algunas partes del libro y la verdad es que me ha gustado. La historia es muy interesante y está muy bien. Mi favorito es el tercer libro de Harry Potter, pero esta entrega encierra el verdadero final que todos los seguidores estamos esperando", comenta Vivaud mientras se dirige a Marcos: "hemos visto también la última película, y me parece una buenaadaptación", comentaba. Mientras el grupo esperaba acudir a la fiesta que ayer se organizó en los alrededores de Picadilly Circus, a la librería Waterstone's [donde miles de personas aguardaban pacientemente que dieran las doce de la noche para poder comprar el libro] llegaban otros fans procedentes de España.

Ángela, canaria de 37 años, estaba a punto de cumplir su sueño: "Más bien se trata de mis dos grandes sueños. Presenciar el concierto de Barbra Streisand, el domingo, e ir a comprar el libro con otros seguidores".

Y es que en realidad Harry Potter no es otra cosa que la narración de las hazañas de un niño huérfano de 11 años que un buen día es admitido en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. Allí, además de aprender divertidos encantamientos, descubre la verdad acerca de la muerte de sus padres, encuentra el secreto de la piedra filosofal y se enfrenta por primera vez a su eterno enemigo, lord Voldemort. Después, en La cámara secreta, Harry y sus amigos deciden resolver el misterio de los mensajes amenazantes que aparecen en las paredes del colegio. En este caso se tiene que enfrentar con enormes arañas, serpientes encantadas, fantasmas y con la reencarnación de Voldemort. En Harry Potter y el prisionero de Azkaban, la tercera entrega de la serie y la favorita de muchos fans, un asesino en serie se ha escapado de la prisión de los magos y se dirige al colegio para eliminar a Harry. Para intentar proteger la escuela acuden los guardianes de la prisión de Azkaban para borrar todos los recuerdos felices de los que tengan la osadía de mirarlos. Harry no tiene miedo de correr riegos para encontrar al asesino y vengar la muerte de sus padres. Esos recuerdos felices ayer se convirtieron, en cambio, en materia de conversación de los fans del mago. Había quien hacía alarde de conocimientos y algunos intentaban buscar errores: "Pero en realidad si nos pusiéramos a buscar errores e incongruencias en los libros y en las películas nos quedaríamos aquí discutiendo hasta mañana", apuntaba una chica.

En las siguientes entregas de J. K. Rowling, Harry Potter ya se ha hecho un poco mayor. Empieza a sentir una extraña sensación cada vez que ve a Cho Chang, una bella y fascinante compañera. Y también aumentan los peligros: en La orden del Fénix Harry tiene que enfrentarse a un tribunal de magos que amenazan con expulsarle del colegio y al periódico El Profeta, que le acusa de ser demasiado fantasioso. Harry comienza a desconfiar de todo el mundo, sin embargo Cho Chang se convierte en uno de sus pocos consuelos.

Algunos la han llamado serie de novelas de formación. Otros, sin embargo, se fijaron ayer en su faceta comercial más evidente. Una operación de marketing que siguió hasta altas horas de la madrugada en el centro de la capital británica.

Sin embargo, decenas de seguidores vivían ese momento con extrema emoción. Es el caso de Lidia, María, Clara y Águeda, cuatro universitarias madrileñas que ayer lucieron trajes de colegialas. "En realidad, como hemos estudiado en un colegio de monjas éstos eran nuestros uniformes, pero hoy nos vienen genial como disfraz", apuntaba Lidia. "Y además le hemos añadido unas corbatas, unos escudos y, por supuesto, tenemos varita mágica", añadía.

Mientras transeúntes y curiosos fotografiaban a los seguidores de la web mundopotter delante del andén 9 y 3/4, llegaban otros aficionados a engrosar el grupo. Los madrileños Darío y Tamara están haciendo un curso de inglés en un college de Londres y aprovecharon el evento de ayer, que con toda probabilidad será el último. Y es que con esta entrega se acaban las aventuras de Harry Potter, que desde 1997 han vendido alrededor de 350 millones de copias. A pesar de que al principio el manuscrito de Harry Potter y la piedra filosofal fue rechazado por las editoriales por ser demasiado largo (más de 300 páginas), la autora J. K. Rowling no desistió. Y planeó desde el principio una serie de siete historias. "Historias de misterio", en palabras de Ángela, que no comparte las opiniones de los que consideran a Harry Potter un ejemplo de literatura de serie B. "He leído la quinta entrega cinco veces; sin embargo, también leo las novelas de Agatha Christie y Umberto Eco", apunta. "La serie tiene muchísimas referencias de la mitología clásica", explica Pura, geóloga, profesora de instituto en Málaga, quien ha acudido al evento junto a su marido y a su hija Blanca. "Así podré compartir los comentarios sobre el libro con mi hija", dice.

Sale el metro hacia Picadilly. No hay prisa, sin embargo la espera puede resultar muy larga. Allí llegarán otros grupos procedentes de España, llegados con retraso porque ayer Londres fue azotada por una tormenta. Queda esperar, comentar y, sobre todo, vivir una magia. Como si de verdad de un último hechizo se tratara.

La escritora J. K. Rowling, rodeada de seguidores de Harry Potter, en el Museo de Historia Natural de Londres.
La escritora J. K. Rowling, rodeada de seguidores de Harry Potter, en el Museo de Historia Natural de Londres.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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