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Análisis:Inquietud en los mercados
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los 'cazagangas' cargan sus fusiles al atardecer

Ramón Muñoz

Realmente no se puede hablar de una semana negra de la Bolsa española. Pese a todo lo escrito, el efecto sobre los mercados de la crisis de las hipotecas de alto riesgo ha podido ser absorbido sin brusquedades y, a final, el Ibex ha caído sólo un 1,49%. Pero muchos pequeños inversores deben de tener una impresión completamente contraria viendo sus pérdidas. La culpa la tienen los especuladores que aparecen siempre en estas tormentas bursátiles en busca de gangas.

No se explican de otra manera movimientos como el que se vivió en Wall Street en la jornada del jueves. La sesión presagiaba un nuevo desastre, con el desplome previo de la Bolsa de Tokio y la inyección de fondos de la Reserva Federal. La apertura de Nueva York certificó los malos augurios y arrastró a la Bolsa española, que se despeñó un 3,7%. Pero en la última hora, los operadores compraron millones de títulos en Wall Street y en apenas media hora recuperó 300 puntos, acabando en positivo.

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¿Cuál era la causa? Ninguna objetiva que se sepa. La misma que hizo que ayer comenzara el Ibex subiendo, se pusiera negativo a media sesión, y pegara un estirón del 2% cuando se desató la euforia en Wall Street.

Y es que la mecánica de muchos de estos movimientos se parece mucho a la de las apuestas.

Hasta poco antes de la apertura de Wall Street, a las tres de la tarde, los cazagangas observan desde la barrera la caída en picado de los títulos que venden los pequeños ahorradores atacados por el pánico. Si apuestan por una apertura al alza de Nueva York, compran masivamente minutos antes de esa hora, dejan que el mercado se recupere desde mínimos, y poco antes del cierre del Ibex, a las cinco y media de la tarde, venden. Por ejemplo, con esta táctica, los inversores en títulos de Banco Santander hubieran podido ganar casi un 8% en las últimas dos sesiones.

Una de las mejores pruebas de cómo el pánico espolea la especulación es el gran volumen de negociación, más de 5.000 millones de euros diarios, pese a estar en pleno mes de agosto.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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