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Las víctimas del terremoto critican la ineficacia del Gobierno de Perú

El Gobierno de Perú ha sido tachado de lento a la hora de atender a las víctimas del terremoto, según han denunciado los propios afectados y diversas organizaciones humanitarias. La ayuda nacional y extranjera, si bien cuantiosa (hasta el domingo se contabilizaban mil toneladas de donaciones) no ha llegado con la misma eficiencia a todas las zonas. Especialmente desamparados han quedado los pueblos pequeños alejados de las grandes ciudades y las localidades situadas en la sierra.

En la región de Huancavelica, donde un 88% de la población es pobre según cifras gubernamentales, más de 4.000 personas han perdido sus viviendas y la ayuda llega con cuentagotas, según reveló el presidente regional, Federico Salas, quien reclamó el establecimiento de un puente aéreo para atender a sus pobladores.

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También fue criticado el despliegue de las fuerzas de seguridad, sobre todo en los primeros dos días después del seísmo, cuando la desesperación de los pobladores se combinó con el oportunismo de varias bandas de ladrones. "La policía fue evidentemente desbordada al inicio", señala Paola Ugaz, especialista del área de seguridad de la ONG Instituto de Defensa Legal que visitó durante varios días la zona del desastre. Según ella, los delincuentes asolaron Ica con más dureza que Pisco. "Recién el sábado, con la llegada del Ejército, la cosa mejoró", explica.

Pocos policías

La región de Ica no tenía suficientes efectivos para devolver la calma a la población tras una catástrofe de esta magnitud. La novena dirección territorial de la Policía Nacional, que abarca las regiones de Ica y Ayacucho, la forman 1.773 hombres. "Esto da un policía por cada 36 kilómetros cuadrados de territorio", señala Gabriel Prado, otro especialista en seguridad. Fue necesario movilizar agentes de otras ciudades, como Lima y Arequipa, para recuperar el control de las calles. En total se movilizó un millar de hombres, y un número similar de soldados.

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"En condiciones normales, estamos en desacuerdo con la intervención de la Fuerza Armada, pero ésta es una situación excepcional y hay que reconocer que su aporte es importante", reconoce Gabriel Prado.

Por otra parte, la remoción de los escombros de la ciudad de Pisco tardará 15 días, según estimó ayer el presidente Alan García. Tras eso, la ciudad deberá ser levantada de nuevo. Un 98% de los edificios del centro histórico de Pisco quedó tan dañado que deberán ser demolidos, mientras que en los barrios periféricos, el nivel de destrucción alcanza un 60%. Los primeros encargados de la reconstrucción serán los mismos damnificados.

El Gobierno anunció la contratación temporal de 8.000 habitantes de Pisco, Chincha e Ica, que se encargarán de limpiar sus ciudades de los vestigios del terremoto. Recibirán 14 soles (3,4 euros) por jornada, y se les pagará una semana por adelantado para que puedan atender sus necesidades más urgentes.

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