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El atentado contra Buteflika en Argelia se salda con 22 muertos

El ministro argelino del Interior, Yazid Zerhuni, afirmó ayer que el presunto autor del atentado suicida cometido el jueves, en la localidad septentrional de Batna, puede ser un integrista identificado como Abu Mokdad, de 28 años. Según el nuevo recuento oficial, en el atentado murieron 22 personas y 107 resultaron heridas. El jueves se indicó que el número de víctimas mortales era 15. A lo largo de ayer fueron dados de alta 36 heridos de los 70 internados en centros hospitalarios.

No obstante, el ministro señaló que el nombre del terrorista podría ser simplemente un seudónimo, por lo que habrá que esperar al examen de ADN para obtener su completa filiación. Zerhuni indicó también que el suicida formaba parte de un grupo terrorista que desde hace tres años actuaba al oeste del país y, por la presión de las fuerzas de seguridad, había tenido que desplazarse hacia el norte, en concreto al área de Batna.

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Mientras, el presidente Abdelaziz Buteflika insistió en que continuará defendiendo su línea de paz y reconciliación nacional, con el fin de terminar con el terrorismo a través de una oferta de perdón y reinserción social en beneficio de aquellos extremistas que se rindan voluntariamente. Buteflika reiteró que mantendrá su política pese a los atentados suicidas perpetrados por la banda Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). "Quiero decir al pueblo argelino y al extranjero que hemos optado por la reconciliación nacional y la concordia civil como vía estratégica de la que no nos apartaremos jamás", proclamó el presidente ante las cámaras de la televisión.

Cinco son ya los atentados suicidas que la banda ha cometido en Argelia desde el 11 de abril pasado, cuando tres kamikazes estrellaron los vehículos que conducían contra la sede del Gobierno y dos dependencias policiales, en los que murieron 30 personas e hirieron a cerca de 300. El 11 de julio se produjo un atentado similar contra un cuartel de la localidad de Lajadaria en el que murieron 10 militares y otra docena quedaron heridos. Hasta ahora el fanatismo religioso difundido en las mezquitas y en los barrios más pobres se caracterizaba por su propaganda en favor de la yihad o guerra santa, pero no solicitaba el sacrificio físico de sus partidarios. La situación se modificó radicalmente cuando la banda salafista anunció en septiembre del año pasado que se había afiliado a la organización del terrorista de origen saudí Osama Bin Laden, a la que declaraba subordinarse. Esta decisión no fue aceptada por todos los cabecillas regionales de la banda, según las declaraciones de varios de los que se rindieron recientemente para acogerse a las medidas de amnistía ofrecidas por el Gobierno.

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