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Inquietud en los mercados

El euro rompe el techo de los 1,40 dólares

Claudi Pérez

La economía estadounidense no pasa por su mejor momento. El dólar, nacido en 1785 y convertido en el símbolo del poderío económico norteamericano, tampoco. El euro alcanzó ayer un nuevo hito en su corta trayectoria -menos de una década- e hizo añicos la barrera de los 1,40 dólares por unidad. Coqueteó incluso con los 1,41. La moneda europea lleva meses encadenando máximos: en 2006 ya subió el 11,3%, y en lo que va de año suma el 6,8%. El nuevo techo escenifica "la exuberancia de los mercados en plena crisis del crédito, pero también las prevenciones de los analistas respecto a las incertidumbres en todas las economías, y en especial en la estadounidense", afirmó Juan José Toribio, del IESE. El temor ahora es que la crisis hipotecaria en EE UU no haya tocado fondo.

Aumenta la presión sobre el Banco Central Europeo para que no suba los tipos de interés el próximo 4 de octubre
La Reserva Federal realiza tres nuevas inyecciones de liquidez en un día por valor de 29.000 millones de dólares
La euforia ha durado poco en las Bolsas europeas, que ayer cerraron a la baja
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Más que la fortaleza del euro, los analistas destacan la creciente debilidad del dólar. Y, por ende, de la economía norteamericana. La drástica reducción de los tipos de interés en Estados Unidos -el pasado martes- ha sido el detonante del récord del euro, según todos los analistas consultados. Pero más allá de la coyuntura, la evolución de los tipos de cambio responde a una cuestión de fondo. "Las sorpresas negativas de los últimos meses, empezando por la crisis de las hipotecas de alto riesgo, se han concentrado en Estados Unidos, no en Europa. Y detrás de la escalada del euro está, sobre todo, el multimillonario déficit exterior norteamericano", aseguró Miguel Ángel García, director de inversiones de Deutsche Bank.

"Cada día un nuevo máximo, una sorpresa. Ésa es la premisa que parecen seguir los mercados en las últimas semanas", explicó Pablo Guijarro, analista de AFI. Porque al margen del euro, también el petróleo y el oro están en máximos. En cambio, las Bolsas pagaron ayer la euforia compradora de las dos jornadas anteriores. El Ibex cedió el 0,4% y todos los parqués de Europa cerraron con pérdidas, con un ojo puesto en los coletazos de la crisis hipotecaria.

El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, aseguró que los mercados pueden esperar más suspensiones de pagos relacionadas con las hipotecas de alto riesgo. El sector financiero sigue dando muestras del calado de la crisis: el banco de inversión Bear Stearns anunció una caída del 61% de sus beneficios trimestrales, siguiendo la estela de Morgan Stanley. Goldman Sachs dio el contrapunto al goteo de malas noticias y presentó un incremento del 79% en sus resultados.

Pero los problemas siguen ahí. La Fed inyectó ayer, en tres operaciones, un total de 29.000 millones de dólares, en un intento de paliar los efectos de la falta de efectivo derivada de la crisis de la subprime. La Fed ha inyectado liquidez en tres ocasiones esta semana. El martes no lo hizo, pero sorprendió a los mercados con una drástica rebaja del precio del dinero de medio punto de una tacada, hasta el 4,75%. "Las puertas siguen abiertas para nuevas bajadas, lo que ha precipitado el máximo del euro", analizó Juan José Toribio.

A la pregunta de si es positiva o negativa la escalada del euro, la respuesta de los analistas consultados es invariable: depende. Los principales efectos, de signo distinto, son éstos.

- Sector exterior y Europa. La carrera alcista de la moneda europea preocupa desde hace meses a los principales socios europeos, en especial a Francia. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha lanzado ya varios dardos al BCE por ese motivo. Un euro más caro dificulta las exportaciones y abarata las importaciones. "El tipo de cambio ha empezado a hacer daño a las ventas al exterior europeas, y al final puede lastrar el crecimiento", afirma Guijarro. El BCE calcula que una apreciación del euro del 10% supone un lastre para el crecimiento económico de hasta 0,7 puntos. El euro se ha revalorizado el 17% en los últimos 20 meses.

- Estados Unidos. "Las grandes incertidumbres están ahora en EE UU, donde el sector inmobiliario podría seguir desacelerando la economía. Esa debilidad explica la caída del dólar, que debería enjugar parte del déficit comercial. La amenaza de recesión es ahora más importante que la amenaza de inflación. De ahí la rebaja de tipos", resume Toribio.

- Economía española. En España -con el segundo déficit exterior más abultado del mundo, sólo detrás de EE UU- los problemas son menores, porque prácticamente el 75% de las exportaciones van al área euro. "Los problemas pueden venir indirectamente, si se resienten las economías de Alemania o Francia", defiende Guijarro. Además, un euro fuerte perjudica al sector turístico español. Sin embargo, viajar a EE UU es más barato que nunca.

- Inflación y petróleo. La cara amable de la debilidad del dólar es el petróleo, un activo denominado en la moneda norteamericana. "Si el dólar se abarata, desciende la factura del petróleo, que se paga en dólares. Y eso le hace el trabajo sucio al BCE: hay menos riesgos de inflación, por lo que no hace falta subir los tipos", defiende Miguel Ángel García.

- Tipos de interés. Buenas noticias para las hipotecas. Al haber menos problemas de precios tiene menos sentido una subida de tipos del BCE, que tiene previsto reunirse el próximo 4 de octubre. "Las subidas de tipos en la UE son ahora más improbables", dice Toribio.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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