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La Iglesia se enfrenta al Gobierno

El PP expresa "el máximo respeto" por la protesta de la plaza de Colón

Carlos E. Cué

El PP se mostró ayer sorprendido por la reacción del PSOE tras la concentración en defensa de la familia católica celebrada el 30 de diciembre en la plaza de Colón de Madrid. Los populares, que tuvieron una participación muy limitada en este acto organizado por los obispos, no tienen intención de sacar más punta al asunto. Sin embargo, Ignacio Astarloa, responsable de Libertades Públicas del PP, defendió ayer la protesta y atacó al PSOE: "Desde el PP queremos expresar el máximo respeto por el acto convocado por la Iglesia Católica, al que se sumaron miles de personas. Y manifestar el asombro a la reacción desmesurada y radical de los socialistas", sentenció.

"Supongo que ante su incapacidad en el tiempo en el que estamos viviendo para hablar de los problemas que hoy preocupan de verdad a las personas, han decidido cargar contra quien deberían en este momento sencillamente expresar el respeto a los derechos de todos", concluyó Astarloa, hombre de confianza de Ángel Acebes, el secretario general del partido. A pesar de esa defensa cerrada, ni Astarloa ni el propio Acebes acudieron a la concentración, en la que participaron unas 160.000 personas.

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Perfil bajo

El PP no se ha opuesto públicamente a que el acto se celebrara. Al contrario, muchos de sus militantes, los mismos que han acudido a otras protestas contra el Gobierno, estaban allí. Sin embargo, el principal partido de la oposición ha querido ofrecer un perfil muy bajo en la concentración. Sólo dirigentes muy vinculados a las posiciones de la Iglesia, como Jaime Mayor o Jorge Fernández Díaz, se dejaron ver en la plaza de Colón.

La explicación oficial de esta reducida presencia del PP se basa en que los organizadores dejaron claro que se convocaba a las familias católicas, y no a los partidos ni a organizaciones sociales, al contrario de lo que ocurrió en otras ocasiones, especialmente en las protestas contra el matrimonio homosexual o la ley de educación del PSOE, las dos grandes protestas organizadas por sectores católicos.

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En todo caso, Rajoy, aunque católico practicante, ya ha dejado ver en las últimas semanas que no tiene intención de acudir a manifestaciones como la del 30 de diciembre, que puede animar a sus votantes más fieles pero no le permiten ampliar el espacio electoral necesario para ganar los comicios del próximo 9 de marzo. Rajoy no ha ido a ninguna protesta desde la que protagonizó en marzo del año pasado en la misma plaza de Colón junto a los obispos.

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