Los riesgos de la zona euro se elevan por las turbulencias
El funcionamiento económico de la zona euro desde su constitución en 1999 "ha sido aceptable, pero no excelente". Ésa es una de las conclusiones más relevantes del informe elaborado por Bruegel, un think tank independiente con sede en Bruselas, con motivo del aniversario de la moneda única. El estudio advierte de que la crisis del crédito eleva "el riesgo de que se produzcan shocks", al tener que afrontar una situación fiscal y monetaria menos propicia.
El trabajo muestra su preocupación por el hecho de que la inflación en la zona euro haya superado el listón del 3%, el crecimiento se esté ralentizando y persista la inestabilidad en los mercados financieros.
"La experiencia obtenida hasta ahora pone de manifiesto la necesidad de que la toma decisiones en la zona euro sea más clara y transparente". En opinión de Bruegel, en lugar de activar las reformas, la moneda única ha tenido el efecto contrario: al proteger a sus miembros de la amenaza de crisis más agudas "ha ralentizado el ritmo de las reformas". En su diagnóstico se señala que "la disciplina presupuestaria permanece débil y la zona euro va a la zaga en materia de reformas estructurales en comparación con las otras economías avanzadas".
Recomendaciones
En sus conclusiones, el informe plantea propuestas de reformas concretas para afrontar los desafíos de los próximos años. Entre sus recomendaciones, Bruegel señala que la vigilancia de la disciplina presupuestaria en la Unión Europea, "debería poner el acento de manera creciente sobre un concepto amplio de deuda, más que sobre el déficit". También considera necesario que el Banco Central Europeo (BCE) adopte un objetivo de inflación "no ambiguo, oficialmente aprobado por el Eurogrupo".
A través de numerosas sugerencias, los autores propugnan un mayor protagonismo del Eurogrupo en la toma decisiones en materia de política económica en la zona euro. Así, por ejemplo, propone que este organismo "emita recomendaciones formales a un país cuando su política económica represente una amenaza para el funcionamiento y la sostenibilidad de la zona euro". También se sugiere que los criterios de adhesión al euro se adapten con el objetivo de que sean más apropiados a las circunstancias de los nuevos Estados miembros.
