400 agentes, dos fiscales y un forense
El despliegue policial y judicial de la pasada madrugada en el País Vasco y Navarra fue inédito en las redadas contra la izquierda radical. Por lo abultado. Casi 400 agentes de policía, una decena de funcionarios judiciales, un médico forense y dos fiscales. Tampoco el trabajo ordenado sobre el terreno, en la capital donostiarra, por el juez Garzón, era nimio: 14 detenciones, una de ellas en Córdoba, y 19 registros, los domicilios de todos los arrestados, dos sedes de ANV en Barakaldo y Pamplona y otros cuatro registros en las sedes del PCTV en San Sebastián y Oiartzun.
La punta de lanza de la operación, ordenada por Garzón dentro del sumario refundido 4/2008, la constituían centenares de agentes de las brigadas de información de la policía en Euskadi y de la Comisaría General de Información y los miembros de la Unidad de Intervención. De madrugada, uniformados y de paisano, los agentes fueron deteniendo, precintando y llenando cajas con documentación. No terminaron hasta pasadas las 6.30. Resultado: la dirección de Batasuna desmantelada a este lado de la frontera, donde la única histórica que queda es la letrada Jone Goirizelaia.