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Reportaje:Multitudinario Sant Jordi

Hinchada apática, ciudad segura

Los Mossos viven una jornada sin apenas incidentes con los seguidores del Manchester, atentos al desenlace del partido contra el Barça

Jesús García Bueno

"Esto ha sido un pimpam. Todo está tranquilo". El subinspector Simón Cayuela tiene razón. La víspera de Sant Jordi, las calles del centro de Barcelona apenas se resienten por la presencia de hinchas del Manchester, y la actuación de los Mossos d'Esquadra se limita a lanzar regañinas a los gritones. Todo lo más, unos pocos hooligans cortan el tráfico en la calle de Ferran. Pero Cayuela y los suyos salen de la furgoneta de antidisturbios y su presencia aplaca los ánimos.

Al margen de inclinaciones personales, la policía también ha vivido pendiente del resultado del encuentro. Y Cayuela, apoyado en su asiento de copiloto, apuesta por el Barça. "Es mejor así. Una afición eufórica es peligrosa; pero una de capa caída no lo es. Se larga y ya está", añade el subinspector. Eso, o un soso empate a cero que provoque apatía en la afición.

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Cayuela finaliza su tarea a las cuatro de la mañana. Doce horas después, ya en plena y reluciente diada, asiste a la reunión policial previo al partido. Todo sigue en orden. Los 2.500 hooligans del puerto se divierten sin liarla demasiado. Los mandos advierten de que los ingleses son "expertos en falsificar entradas", lo que ha motivado un diseño especial de la UEFA para este partido de semifinales. En la reunión de mandos se repasa todo. Hasta hay espacio para una diapositiva con la historia y una alineación del United.

Entradas falsas

Rojos por el alcohol y por el sol, a las 17.30 los aficionados embarcan en 40 autocares bajo la supervisión del dispositivo policial. Los agentes están más bien relajados. Los buses llegan al acceso 21, donde los mossos intentan agilizar el penoso trance (algunos aficionados van muy bebidos). "Ponte abajo, come on", dice un antidisturbios. De los seguidores del Manchester, 5.000 tienen entradas. El resto las intenta comprar, y los Mossos acaban la jornada con 50 entradas confiscadas. "Lo peor es que se dispersan por el campo y es difícil controlarles", dice el jefe del dispositivo, Xavier Pastor.

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En los aledaños del Camp Nou, el bar La Jarra (punto de encuentro de radicales azulgrana) se viven momentos tensos al paso de los supporters ingleses. "La rivalidad también cuenta. Y entre el Barça y el Manchester, en principio, no hay mucha", sigue Cayuela. Cánticos y gritos enfrentados resumen los incidentes de la tarde.

Para la noche no se prevén altercados. Ayuda que la mayoría de vuelos salen después del fin del partido. La única duda está en el resultado. En función de eso se podría ajustar el dispositivo por el centro de la ciudad. "A ver si perdemos y al final el problema lo vamos a tener con los de aquí", bromea un mando. Al final, un 0-0 que, al menos a los agentes, les deja satisfechos.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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