¿De qué va el Chikilicuatre?

"Señores pasajeros, en Belgrado el cielo está cubierto, la temperatura es de 26 grados y todo está listo para Eurovisión". A la voz del piloto, dos eurofans suecas rompen a aplaudir. Cuando el curioso las aborda, preguntan: "¿Periodista? Entonces eres de los que viene con todo pagado". Fin de la conversación. Su desdén es comprensible. Belgrado está estos días por las nubes. Una habitación en la cadena Holiday Inn cuesta unos 300 euros. El lunes, en la era pos-Eurovisión, la tarifa vuelve a la normalidad: 90 euros. El festival es el protagonista de la ciudad y los motivos quedan claros en la guía turística gratuita que los visitantes llevan en el bolsillo: "Puede que en los países occidentales el Festival de Eurovisión esté pasado de moda (Irlanda ha participado con un pavo), pero en esta parte del mundo se considera algo muy serio".

David Fernández ruega: "¿Me pedís una cervecita?, que tengo la voz ya..."

Sin embargo, el termómetro taxista indica que algunos no lo viven con la misma expectación. A la pregunta de si le interesa Eurovisión, uno contesta: "Yo sólo conduzco". Y un segundo: "No tengo tiempo". Detrás queda el estadio Belgrado Arena, donde se celebra el festival, un bloque de cemento que corona la zona nueva de la ciudad, gris y sin encanto. Hasta hace dos semanas era la sede de los mítines políticos de partidos nacionalistas y pro europeos. Ahora que las elecciones generales han pasado, la propaganda electoral se ha cambiado por banderitas eurovisivas. En una esquina se coge el autobús que conduce al hotel Continental, donde se aloja la delegación española. Dentro, la comentarista de la televisión chipriota reconoce que no entiende de qué va eso del Chikilicuatre. "Es argentino, ¿no? ¿Y por qué se viste así?". No es la única. Sirva de ejemplo el comentario sobre el representante de TVE que consta en un periódico de la ciudad: "Rodolfo es un español nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1972. Confiesa que para él participar en Eurovisión es un sueño hecho realidad. Creció oyendo música; forma parte de su familia y de sí mismo. A Belgrado, Rodolfo trae un baile de ritmo tan acelerado como el título de la canción. La melodía y la letra son innovadoras en el mundo de la música. Sus bailarinas han sido elegidas por la audiencia de la televisión pública española. Con eso en mente, nos espera un festín para los oídos, pero también para los ojos (masculinos)".

Mientras tanto, David Fernández, el actor que da vida a Chikilicuatre, está sufriendo especialmente el bochorno que hace en Belgrado. Un calor sobrellevable... a no ser que lleves de forma perenne una peluca de medio palmo. En el hall del Continental, con el riguroso uniforme lila y la cara embadurnada de maquillaje, firma autógrafos y baila El chiki chiki con quien se lo pida. En las entrevistas encadena las bromas habituales del personaje. Que qué pena que hayan eliminado al pavo, que compuso El chiki chiki con su sobrino... A veces se sale un momento del personaje. "¿Me pedís una cervecita?, que tengo la voz ya...". Sus acompañantes, de TVE y El Terrat, se parten con cada ocurrencia nueva. En un aparte, uno de ellos le dice que por la noche hay una fiesta. Y Rodolfo, David de nuevo, responde, "Puf, no sé. Depende del chocho que tenga mañana...". Cuando el periodista se dirige a él como David suelta un guiño. "Ése se ha escaqueado. Tengo unas ganas de verlo. Dónde estará el muy cabrón...".