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Guerra en el Cáucaso

Guerra abierta entre Rusia y Georgia

La aviación rusa bombardea varias ciudades georgianas fuera de Osetia del Sur - Moscú asegura que la ofensiva militar de Tblisi ha provocado 30.000 desplazados

El conflicto territorial entre Georgia y su región separatista de Osetia del Sur ha degenerado en una guerra abierta con Rusia, cuyos aviones bombardearon ayer de nuevo la ciudad de Gori, y la de Zenaki y el puerto de Poti, situadas al sur y al este del territorio georgiano. Las tropas rusas, que han recibido refuerzos de paracaidistas en las últimas horas, ocupan la totalidad de Tsjinvali, la capital surosetia, que según varias fuentes está destruida. También hay movimientos de la Flota rusa del Mar Negro.

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Los separatistas abjazos -un conflicto hermano al de Osetia del Sur, que también cuentan con el respaldo político y militar de Rusia- han aprovechado la situación para bombardear posiciones georgianas en el valle del Kodori, en un intento de garantizarse el control de lo que consideran su territorio nacional.

No hay cifras verificables del número de víctimas de los últimos días de combates y bombardeos. Moscú y sus aliados surosetios hablan de más de 2.000 muertos (13 de ellos soldados rusos encuadrados en las tropas de paz), todos ellos causados por la ofensiva georgiana del miércoles y jueves. Georgia lo niega y asegura que sólo en el bombardeo de Gori, a una cuarentena de kilómetros de su capital, Tbilisi, han muerto 60 civiles.

El conflicto comenzó en la noche del miércoles cuando el Ejército georgiano trató de tomar por sorpresa Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur, región que se separó de hecho a comienzos de la década de los 90 tras el hundimiento de la URSS. La respuesta de Rusia a los movimientos militares georgianos fue fulminante.

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Los osetios fueron una de las pocas tribus caucásicas que se aliaron en el siglo XIX con los rusos desde el primer momento y Moscú ha pagado esa lealtad de siglos que siguió durante el comunismo otorgándoles la nacionalidad. Es la primera vez que tropas rusas cruzan una frontera reconocida internacionalmente para combatir en otro país desde que lo hicieron bajo la bandera de la URSS en Afganistán en 1979

"Rusia ha lanzado una invasión militar a gran escala contra Georgia", denunció el presidente Mijaíl Saakashvili, quien ayer decretó el estado de guerra (ley marcial) durante 15 días, medida que fue refrendada por su Parlamento. El líder georgiano ha dado también la orden de movilizar a la población masculina de entre 25 y 40 años con instrucción militar en el último trienio (unas 100.000 personas) y de repatriar a los 2.000 soldados destinados en Irak para que puedan sumarse a la lucha.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, llegó ayer a Vladikavkaz, capital de Osetia del Norte, procedente de Pekín, donde recortó su estancia en los Juegos Olímpicos. Allí se interesó por la situación de los cerca de 30.000 refugiados surosetios que han entrado en territorio ruso huyendo de los combates. Putin calificó lo ocurrido (el ataque georgiano del miércoles sobre la capital secesionista) "de sangrienta aventura" y "genocidio".

Putin, que dijo desconocer la existencia de una oferta de alto el fuego lanzada ayer por Saakashvili, fue claro sobre el futuro de la región: "Se ha asestado un golpe mortal contra la integridad territorial de la misma Georgia". Algo más diplomático fue su viceministro de Exteriores, Grigori Karasin, quien puso dos condiciones para que Rusia acepte un alto el fuego y se siente a negociar, como demanda la comunidad internacional: que Georgia se retire a los límites fijados por el acuerdo de 1992 y que firme un tratado en el que renuncie al empleo de la fuerza para resolver el conflicto.

Mientras, los combates prosiguen con gran dureza. Unidades del Ejército georgiano se mantienen dentro de Osetia del Sur, donde controlan numerosos pueblos (muchos con población georgiana) y las alturas de las montañas al sur de la capital rebelde, desde donde siguen disparando. Tbilisi afirma haber derribado 10 aviones rusos, pero el Kremlin admite la pérdida de dos.

El comandante en jefe de las tropas de tierra rusas, Vladímir Bóldirev, reconoció ayer la existencia de estos combates. Tras anunciar la "liberación" de Tsjinvali, el militar comunicó que sus soldados se concentran en expulsar a las fuerzas georgianas de la "zona de responsabilidad de los pacificadores" (rusos que se encontraban en Osetia del Sur vigilando el acuerdo de paz de 1992).

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, insistió en la idea de que las operaciones militares que su país lleva a cabo en el Cáucaso están dirigidas a "obligar a los georgianos a la paz", y que así se lo explicó a su homólogo estadounidense, George W. Bush, con quien conversó por teléfono.

Viacheslav Kovalenko, embajador de Rusia en Georgia, aseguró que los bombardeos contra Tsjinvali y otras localidades surosetias han provocado un verdadero éxodo hacia la frontera rusa para poder pasar a Osetia del Norte. Además de los 30.000 que ya han huido hacia la república de la Federación Rusa, están atrapados en algunas zonas de la capital separatista otros 5.000 civiles que piden un corredor para poder salir de la ciudad, que continúa siendo blanco de la artillería georgiana.

Una mujer georgiana herida grita entre los escombros en Gori tras el ataque de la aviación del Ejército ruso.
Una mujer georgiana herida grita entre los escombros en Gori tras el ataque de la aviación del Ejército ruso.REUTERS

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