"Siempre hay una línea sutil entre la tragedia y la felicidad"
El guionista y escritor Guillermo Arriaga (Ciudad de México, 1958) desembarca de nuevo en Venecia, esta vez como director. Su The burning plain recogió generosos aplausos entre los periodistas y críticos en la Mostra. Se repite en su aventura como realizador la estructura circular, que ha hecho famoso a Arriaga con los guiones de Amores perros, 21 gramos y Babel (las tres, dirigidas por Alejandro González Iñárritu), y el de Los tres entierros de Melquiades Estrada, de Tommy Lee Jones . Una madre, Gina (Kim Basinger), y su hija, Silvia (Charlize Theron, productora además del filme) intentan remontar una relación tormentosa. Visiblemente contento, Arriaga no evita hablar de la separación con Iñárritu.
Pregunta. ¿Qué separa este filme de los rodados con él?
Respuesta. Alejandro es un director maravilloso. Hicimos tres películas juntos y ambos terminamos muy contentos. La dirección de este filme ha sido el momento más bonito de mi vida laboral.
P. ¿Por qué la muerte está siempre presente en su obra?
R. Los muertos son parte de mi identidad y, cuando alguien muere, se pierde parte de ella. Vivimos en una sociedad que reprime el concepto de la muerte.
P. ¿Cómo afronta la tragedia?
R. Shakespeare me marcó desde que era un muchacho, y algunas obras suyas las llevé al escenario cuando era estudiante. Pero en la vida diaria, las circunstancias pueden cambiarlo todo: un accidente, o bien un día se marcha la mujer que amas sin ninguna explicación. Quizá ocurre así porque siempre hay una línea sutil entre la felicidad y la tragedia.
P. ¿Por qué recurre otra vez a la estructura circular?
R. La estructura que empleo en mis películas es la forma natural de describir las cosas, porque la vida siempre se cuenta de una manera desordenada.
