_
_
_
_
_
VUELTA RÁPIDA | Gran Premio de Australia
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Tan iguales, tan distintos

El tramo final de la temporada que está completando Nicky Hayden es para felicitarle; más que nada, porque ya sabe que el año que viene no estará en Honda. Sin embargo, la mejora que Nicky ha experimentado en las últimas carreras tiene una explicación en el estómago de su moto, que desde el Gran Premio de Gran Bretaña (22 de junio) incorpora el motor de válvulas neumáticas que Dani Pedrosa comenzó a usar hace sólo dos pruebas, en Indianápolis. Mientras que Nicky está encantado con el comportamiento del nuevo propulsor, a Dani no le gusta tanto, una diferencia lógica si se atiende al comportamiento del motor, a su entrega de potencia y al estilo de pilotaje de los dos. Aunque piloten una moto parecida y corran pintados de los mismos colores, Pedrosa y Hayden no tienen nada que ver como pilotos.

Más información
"El agente de Pedrosa controla Honda"

Nicky viene del dirt track (circuito sucio), una disciplina muy común en Estados Unidos en la que los pilotos se deslizan sobre una pista de ceniza o barro completamente cruzados a más de 200 kilómetros por hora y sobre unas motos que no tienen freno delantero. Además, cuando conduce, es mucho más agresivo que Dani, que es un producto de las categorías inferiores del Campeonato del Mundo y que, además, tiene un estilo mucho más fino, preciso y robótico que su compañero. Mientras Dani tiene desarrollado al extremo el tacto en la mano que agarra el comando del acelerador, Nicky es mucho más brusco: lo acciona mucho más de golpe y sin tantos miramientos.

Basta con echarles un ojo cuando están en la pista: Dani parece circular escuchando música clásica, con una melodía continua y sin estridencias, mientras que los movimientos de Nicky evocan a un rap.

En el motor de válvulas neumáticas, la entrega de potencia es mucho más agresiva que en el convencional, que incorpora válvulas accionadas por muelles, y por este motivo el rendimiento de Nicky ha progresado desde que su Honda lo lleva. Ahora hay que ver cómo le irá cuando se suba a la Ducati.

En la MotoGP actual es prácticamente imposible encontrar dos motos con un mismo comportamiento. El rendimiento de una máquina que lleva encima 51 kilos de peso (Pedrosa) no puede ser el mismo que si la cargamos con 70 (Hayden). Además de las prestaciones mecánicas, el buen comportamiento del conjunto se consigue con el desplazamiento de pesos encima de ella, adelante, atrás y hacia los lados, y es evidente que resulta muy difícil encontrar un parámetro exacto que sirva a un piloto y a otro que pesa 20 kilos más que él y que, además, tiene un estilo de pilotaje completamente distinto.

Por eso ha sido tan complicado que trabajaran juntos durante estos últimos tres años y por esta misma razón a Dani le vendrá muy bien Andrea Dovizioso, que será su compañero de equipo el año que viene y que tiene unas características físicas y de conducción más similares a las suyas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_