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El futuro de la UE

Solbes advierte que "la confianza no se recupera de la noche a la mañana"

Miguel González

Pedro Solbes, vicepresidente económico del Gobierno español, puso ayer una nota de realismo en la autocomplacencia de los líderes europeos por haber logrado al fin coordinar sus estrategias de lucha contra la crisis financiera mundial. "Estos procesos no son lineales ni automáticos. No se va a recobrar la confianza de la noche a la mañana", advirtió. Las bolsas parecieron darle la razón. Tras la euforia del pasado lunes, ayer vivieron otra jornada negra y el Ibex español retrocedió más del 5%. Con todo, Solbes se mostró convencido de que las medidas adoptadas hasta ahora "son lo bastante importantes como para que podamos volver a la normalidad en un tiempo razonable".

Lo primero es ampliar el acuerdo alcanzado el pasado domingo en París por los 15 socios de la moneda única europea -concesión de avales públicos para los créditos interbancarios y capitalización de las entidades financieras que lo requieran- al conjunto de los Veintisiete, un planteamiento para el que ayer hubo consenso en la cumbre de Bruselas, según Solbes, más allá de que algunos países suscitaran "temas técnicos".

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En su intervención ante el resto de mandatarios europeos, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió que se evalúe el efecto de las medidas adoptadas hasta ahora y que se prepare la segunda etapa: la reforma del actual sistema financiero, cuyo funcionamiento resulta "manifiestamente mejorable" para Solbes, sobre todo en lo referido a los mecanismos de control y supervisión. La convocatoria de una conferencia internacional para refundar sobre nuevas bases el sistema financiero, un Bretton Woods para el siglo XXI, que Sarkozy propuso celebrar en Nueva York antes de final de año, fue ayer la estrella de los debates. El problema es quién será invitado a participar en ella.

Solbes advirtió que una revisión de las reglas del mercado financiero global "debe contar con un apoyo muy sólido de los principales actores internacionales", y que "el marco lógico" para abordar un cambio de este calado no es otro que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; un foro "donde todos tenemos nuestra silla", según sus palabras. Eso no quiere decir, matizó, que España se oponga a que se celebre una conferencia limitada a los países del G-8 (los más ricos del mundo) o del G-20 (los más ricos más las potencias emergentes). "Me parece bien que se reúnan el G-8 o el G-20 para acercar posiciones o preparar documentos", dijo, "pero la bendición debe hacerse en el Fondo Monetario o el Banco Mundial".

España no está ni entre los más ricos ni entre las potencias emergentes (como China, India o Brasil), pero eso no significa, según Solbes, que no esté en la cocina del nuevo sistema financiero. "Estamos más de lo que parece, otra cosa es la apariencia, que puede ser importante", aseguró, tras poner como ejemplo el hecho de que ostente la presidencia del grupo financiero dependiente del Ecofin, que agrupa a los ministros de Finanzas de la UE.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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