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Crisis financiera mundial | Las propuestas de reformas

Europa pide que el FMI sea el guardián del sistema financiero internacional

Barroso y Almunia asistirán a la reunión del G-20 en Washington

Andreu Missé

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión acordarán hoy proponer medidas concretas y precisas para refundar el Fondo Monetario Internacional (FMI). El objetivo es dotarle de los instrumentos necesarios para el gobierno efectivo de las finanzas mundiales. Ante el calado sin precedentes de la crisis financiera, el Consejo Europeo quiere huir de declaraciones retóricas del estilo "refundar el capitalismo" u otras por el estilo del presidente francés Nicolas Sarkozy, y en su lugar plantear medidas precisas y efectivas que aseguren la estabilidad financiera internacional.

Los acuerdos de la cumbre se llevarán como propuesta de la UE a la reunión del G-20 que se celebrará el próximo 15 de noviembre en Washington. Al encuentro, además de los líderes de los países avanzados y emergentes, asistirán el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso; el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia; el director gerente del FMI, Dominique Straus-Khan, y el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick.

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Las conclusiones del Consejo Europeo proponen "confiar al FMI un papel central en una arquitectura financiera más eficaz y más incluyente", según la última versión a la que ha tenido acceso este periódico. Con este propósito se propone "articular mejor los trabajos del FMI y del Foro de Estabilidad Financiera (FSE) con el objetivo de prevenir las crisis financieras" y "extender la competencia del FMI al conjunto de cuentas de capital". La propuesta señala que el FMI debe estar dotado de los recursos necesarios y de los instrumentos apropiados para "apoyar a los países en dificultades".

La UE promueve que las nuevas funciones de supervisión se asignen a instituciones, como el FMI, con los recursos e instrumentos suficientes y sobre todo con el control político necesario para asegurar su eficiencia. Una tarea que hasta ahora estaba sólo en manos del FSE, cuyas competencias son exclusivamente de tipo técnico, pero que carece del poder político necesario para adoptar las medidas convenientes ante crisis como la presente.

En el FSE, presidido por el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, participan altos funcionarios de los bancos centrales de Australia, Canadá, Francia, Alemania, Hong Kong, Italia, Japón, Holanda, Singapur, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos; organismos de supervisión como el Banco Internacional de Pagos de Basilea y el Consejo de Estándares Internacionales de Contabilidad, y otros organismos como el FMI, Banco Mundial, Organización para la Cooperación y el Desarrollo y Banco Central Europeo.

La cumbre deberá "fijar las orientaciones inmediatas sobre gobierno internacional (de las finanzas), poner en marcha el programa de trabajo preciso, para que sean presentadas en 100 días, las propuestas concretas y operacionales sobre los asuntos identificados como prioritarios".

Junto a la refundación del FMI, proponen otras iniciativas:

- Agencias de calificación. Serán sometidas a una vigilancia, así como a reglas de gobierno.

- Normas contables. Se promoverá la convergencia de normas contables y "revisará la aplicación en el campo financiero la regla del valor razonable con el fin de mejorar su coherencia con el principio de prudencial".

- Supervisión de todo el mercado. Se tomarán medidas para que "ningún sector del mercado, ningún territorio, ni ninguna institución escape a la regulación o a la supervisión".

- Código de conducta. Se trata de evitar la toma de riesgos excesivos en la industria financiera, incluyendo los sistemas de remuneración. Estos códigos serán analizados por los supervisores para evaluar el perfil de riesgo de las instituciones financieras.

Estas iniciativas estarán orientadas por unos principios que incluyen la coordinación de la supervisión de los grupos financieros internacionales a través de colegios; la puesta marcha de un sistema de alerta temprana para identificar los riesgos; el reforzamiento de la vigilancia multilateral para prevenir y reabsorber los riesgos mundiales; armonización de las normas de prudencia aplicables, reforzar la transparencia de las operaciones y promover la responsabilidad de las operaciones de titulización y evitar la concentración de riesgos a corto plazo, entre otros.

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