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Muerte en la discoteca

Un portero con un puño americano

El 3 de mayo del pasado año 2007 la Policía Municipal recibió una llamada a las dos y media de la madrugada en sus dependencias. Había una reyerta multitudinaria en el interior de El Balcón de Rosales, en el distrito de Moncloa-Aravaca. A las 3.11 los agentes llegaron al local donde un año después moriría Álvaro Ussía a manos de los porteros de la discoteca y comprobaron que, efectivamente, se estaba produciendo una pelea. Cuando empezaron a inspeccionar el local de copas, algo que ya habían hecho antes en repetidas ocasiones, y registraron a uno de los porteros, P. G. S., le encontraron un puño americano. Un arma de metal que se acopla a la mano para multiplicar la dureza del impacto de los puñetazos. Además, dicho portero, que no está entre los detenidos por la policía el día de la agresión a Álvaro Ussía, no contaba con ninguna autorización del Ministerio del Interior, según el informe policial, para ejercer como vigilante de seguridad.

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Por todo ello, y por la ya repetida ausencia de permisos de la que había hecho gala el local en los pasados dos años, la policía levantó un acta y pidió "el cese urgente de la actividad" a los Servicios Técnicos de la Junta de Moncloa, que son los que tienen que autorizarlo. Obviamente, no les hicieron ni caso y continuaron con su actividad.

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