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Putin compara la crisis global con una "catástrofe natural"

El primer ministro ruso asegura que no se repetirán los desastres de 1991 y 1998

Pilar Bonet

El jefe del Gobierno ruso, Vladímir Putin, abordó ayer la crisis económica como si fuera una "catástrofe natural" llegada a su país en una reacción en cadena originada en EE UU, e instó a superarla mediante una política basada en los recursos nacionales.

La economía rusa tiene "todas las posibilidades" de dar créditos a las empresas y bancos afectados por las dificultades de los bancos extranjeros, afirmó Putin, que exhortó al empresariado a utilizar productos nacionales en el desarrollo de sus proyectos.

En el congreso de Rusia Unida (RU), Putin, que preside este partido dominante en el Parlamento, presentó los problemas como una oportunidad de fortalecimiento. "La crisis, que comenzó como financiera, se transforma en económica ante nuestros ojos. En una u otra medida pone a prueba la firmeza de todos los países, su capacidad de defender el bienestar de sus ciudadanos, la economía y la divisa nacional. Éste es el reto al que se enfrenta hoy también Rusia", dijo.

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Las promesas de apoyo financiero del Estado contrastan con la mengua en progresión geométrica de las reservas de Rusia, que sumaban 360.000 millones de euros el 14 de noviembre. En la primera semana de este mes, las reservas se redujeron 7.300 millones y en la segunda, otros 17.420 millones de euros. Entre septiembre y octubre ya se habían reducido en 77.640 millones, de los cuales más de la mitad se destinaron a mantener el rublo, una tarea abandonada parcialmente, sin haber obtenido la estabilización deseada.

Putin reafirmó el rumbo estratégico de la economía y enumeró una lista de medidas, como recortes y facilidades fiscales, programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y compra de 40.000 viviendas por parte del Estado (para militares, personas con graves problemas para lograr alojamiento y participantes en programas de construcción abortados por la crisis). También prometió nuevas inyecciones de liquidez.

"Hacemos todo lo que depende de nosotros para defender los depósitos de nuestros ciudadanos, asegurar los legítimos intereses de todos los que invirtieron su propio dinero en la construcción de viviendas, para que no se repitan los choques económicos de 1991 y 1998", dijo, refiriéndose a dos turbulentas épocas que evaporaron los ahorros de los rusos de a pie. El primer ministro admitió sin embargo que el "contexto es difícil" y "no se puede influir en todo".

"Pudimos y debimos hacer lo que hacen todos los Gobiernos de los países desarrollados, prever esta evolución de los acontecimientos y tomar medidas anticipadas para superar la crisis de la forma más indolora, sin grandes pérdidas", dijo.

"Podemos decir con fundamento que no malgastamos el tiempo", señaló Putin, reticente a reconocer errores. El primer ministro evitó entrar en detalles -e incluso mencionar por su nombre- los males concretos que afectan a sus conciudadanos. La víspera, la ministra de desarrollo económico, Elvira Nabiulina, había dicho que la crisis ha mostrado el "total agotamiento" del modelo económico de los últimos años, basado en los precios altos del petróleo y el acceso de los bancos a créditos a largo plazo.

Recordó ayer Putin que, en el marco de las medidas de estabilización, se han lanzado al mercado cerca de cinco billones de rublos, "con el fin de asegurar la liquidez y la firmeza del sistema bancario". "Es necesario controlar severamente que los recursos facilitados lleguen a la economía real y no se gasten en especulaciones financieras", reiteró. Hace 10 días, se había referido a la necesidad de involucrar a los órganos de orden público en el control del uso de los recursos. Según Putin, el análisis de los movimientos de capitales indicaba una tendencia general a la reducción del volumen de operaciones al extranjero. En cambio los bancos estatales -que recibieron recursos estatales (para distribuirlos en la economía nacional)- aumentaron sus transferencias al extranjero.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, asistente al congreso de RU, pidió al partido que mantenga el contacto con la sociedad y se apresure a generar profesionales jóvenes para la gestión del Estado. Anoche, Medvédev cenaba con los grandes oligarcas de la economía rusa. El cuadro que éstos pintan es sombrío. "Por delante hay un descenso catastrófico de los volúmenes de producción, habrá que despedir al personal y rebajar el sueldo a los que queden", dijeron medios del entorno de uno de los invitados del presidente. Añadieron que se reducirán en un tercio los ingresos de la población y que el paro será del 20%.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, a la derecha y el primer ministro, Vladímir Putin, en el centro, en el congreso de Rusia Unida.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, a la derecha y el primer ministro, Vladímir Putin, en el centro, en el congreso de Rusia Unida.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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