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La actividad industrial se hunde en EE UU

El primer indicador económico del año en Estados Unidos no fue bueno, y vino a confirmar además que la recesión es severa. La actividad industrial cayó en diciembre a su nivel más bajo en tres décadas, al situarse en los 32,4 puntos. Y al desglosar el índice se constata que ningún sector se escapa del parón. Todos están reduciendo inventarios y recortando capacidad para compensar.

Cualquier número que está por debajo de los 50 puntos en este índice refleja que la economía está en fase de contracción. El dato publicado ayer fue peor de lo que anticipó Wall Street, que contaba con una estabilización en lugar de una caída de casi cuatro puntos respecto a noviembre. Es el peor dato desde junio de 1980. A pesar de esto, el parqué neoyorquino recibió 2009 con fuertes subidas. A una hora del cierre, el Dow Jones se apuntaba una subida del 2,5%, liderado por las compañías energéticas y por General Motors, que ayer recibió una inyección de dinero por parte del Gobierno norteamericano para capear la crisis en el sector del automóvil.

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La animación en Wall Street en la primera sesión del año contagió a todas las Bolsas europeas, que experimentaron fuertes ascensos, en torno al 3%. Las caídas experimentadas a lo largo de 2007, un año nefasto en las Bolsas de todo el mundo, alientan el rebote ante el atractivo de las cotizaciones, según los expertos.

Moderación de precios

En Estados Unidos, la nota positiva llegó del lado de la inflación, que gracias al abaratamiento de la energía y de las materias primas está ayudando a reducir los costes de producción. Aunque hay un pero en esa ecuación. La caída de precios es también la muestra de que la demanda es débil en Estados Unidos, por el efecto combinado de la congelación del crédito, el colapso de la vivienda y el alza del paro.

La crisis afecta a todo tipo de productos manufacturados, desde muebles y electrodomésticos hasta coches. Ante esta situación, el sector siderúrgico estadounidense reclama a Washington ayudas para afrontar la recesión, según The New York Times. Y así esas empresas dirigen su atención hacia el plan de incentivos que está elaborando el presidente electo, Barack Obama, que podría llegar a movilizar hasta un billón de dólares durante dos años.

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