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La caja de los municipios costeros se vacía sin los ingresos del ladrillo

El presupuesto de Sanxenxo cae en 15 millones por la crisis del ladrillo

Los alcaldes de las villas costeras de Galicia hacen encaje de bolillos para cuadrar las cuentas. La crisis urbanística ha eliminado de cuajo la capacidad de los municipios para generar unos ingresos propios que, en el caso de los núcleos turísticos, ha dado una vuelta de tuerca al planteamiento inmobiliario: el interés por las segundas residencias, prolíficas en años anteriores, cae en picado mientras se salva la construcción de viviendas unifamiliares. De hecho, las previsiones para este año reflejan hasta un 70% menos de ingresos por licencias para edificios, como es el caso de Miño. En algunos casos, directamente desaparecen.

La consecuencia inmediata es la congelación de sueldos para la clase política. Alcaldes y concejales arrancaron el año apretándose el cinturón, el suyo y el de sus ayuntamientos. Fuera los gastos ornamentales y de representación y tijeretazo a las fiestas locales. Juan Antonio Maceiras, regidor popular en Miño, lo corrobora: "No tenemos dinero ni para colocar un anuncio en prensa, casi ni para comprar los periódicos". Así las cosas, la primera opción que asoma es la de subir los impuestos a los ciudadanos para afrontar el coste real de los servicios. No obstante, y ante el actual contexto económico, "eso sería como ponerlos contra la pared".

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La reducción en el capítulo de ingresos para los presupuestos de 2009 es incontestable. En Ribeira, que en 2006 superaba incluso a Sanxenxo en número de viviendas visadas, con cerca de un millar, la construcción se paralizó "casi por completo". José Luis Torres Colomer, primer edil, recita las cifras que bajan en caída libre: "En 2007 se recaudaron por licencia de obras cuatro millones de euros, en 2008 fueron casi dos millones y, este año, 150.000 euros", según las previsiones que recogen los últimos presupuestos. En promociones grandes "no hay nada". Lo que queda, dice, es "algún promotor de siempre de la zona" dispuesto aún a edificar.

Contundentes son también las cifras en Sanxenxo, paradigma de la expansión inmobiliaria. Aquí, los presupuestos rondarán los 50 millones de euros, 15 menos que en el ejercicio anterior. Fuentes municipales apuntan que se perderán tres millones por licencias urbanísticas, plusvalías y demás y, otros 12, "por el freno de ingresos provenientes del desarrollo urbanístico dada la situación económica actual". Con este panorama todos coinciden en que los gastos sociales "no se tocan" y dirigen la mirada hacia el gasto corriente. "No nos queda otra si no queremos entrar en números rojos", explica Torres Colomer. "Los alcaldes tendremos que resistir como podamos con el endeudamiento", sostiene Maceiras, que agrega: "No es sólo la crisis urbanística, sino la situación creada por la moratoria de la ley costas ya antes de que explotara la burbuja inmobiliaria". Y concluye: "Hoy por hoy no hay fuentes de ingresos". Y es que en Miño prevén más de un 40% de reducción. Aquí también preocupan aspectos sociales. "No es descartable colocar un comedor social, ya hemos pagado alguna factura de la luz" de algún vecino, reconoce el alcalde.

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En Poio, uno de los municipios en expansión de las Rías Baixas, recaudarán 600.000 euros menos que en 2008 por la construcción. Mientras en 2006 concedieron 800 licencias, la perspectiva inmediata apunta a sólo dos promociones, de 150 y 125 viviendas cada una, que avanzan "a ritmo muy lento" y lo hacen en San Salvador, lejos de Raxó y Combarro, puro turismo, donde las grúas languidecen. A Luciano Sobral (BNG), alcalde de la villa, le preocupa, sobre todo, el paro. En lo que va de año, "la tasa de desempleo se ha incrementando en más del 30%", el mismo porcentaje que recortarán del gasto corriente. Más al norte, en Ortigueira, tampoco consiguen esquivar la situación. "Estamos, como todos, muy mal", confiesa el alcalde, Rafael Girón (PP). Aquí, con el Plan Xeral en trámites, "se han reducido los ingresos de forma exagerada". El desempleo es lo que más preocupa porque en las dos promociones en marcha apenas trabajan "2 ó 3 obreros". Algo similar viven en Laracha. Pese a que los ingresos bajan progresivamente, los 7,1 millones presupuestados para 2009 serán los más altos de su historia.

Según los promotores de Pontevedra, en 2008 se visaron 20.199 proyectos, un 46,85% menos que el ejercicio anterior. Por si fuera poco, el regateo es ya una práctica habitual.

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